El Día del Estudiante de 1962 aparentaba en su comienzo ser una jornada habitual, con jóvenes en las calles celebrando la llegada de la primavera. Sin embargo, en Pilar todo cambió en un puñado de horas ante la posibilidad concreta de sufrir un bombardeo, lo que provocó un verdadero éxodo de la ciudad cabecera.
Los hechos se dieron en el marco de la disputa en el seno de las Fuerzas Armadas entre “azules” y “colorados”. Los azules apoyaban una salida democrática a la situación nacida en marzo de ese año, con el derrocamiento del presidente Arturo Frondizi y la asunción de José María Guido. Por su parte, los colorados apoyaban la continuidad de una dictadura.
NOTICIAS DE AYER. Recorte de un diario de la época, narrando las tensiones vividas en Pilar. .
NOTICIAS DE AYER. Recorte de un diario de la época, narrando las tensiones vividas en Pilar. .
El 19 de septiembre, la Segunda División de Infantería con asiento en La Plata voló varios puentes sobre la ruta 11, pero dos días más tarde tomó fuerza el rumor de que los ataques se extenderían nada menos que al Colegio Carlos Pellegrini, en Pilar, de acuerdo a un comunicado difundido por Radio Belgrano, emisora tomada por los azules.
El motivo del inminente ataque era que en la entidad de la ruta 25 se encontraban “fuerzas que respondían a los generales Lorio y Labayru”, los líderes colorados.
Aterrorizados
A medida que cundió la noticia, familias enteras abandonaron sus casas para dirigirse con rumbo a localidades y barrios alejados del centro, como Carabassa y las inmediaciones del río Luján.
Desde la mañana, LRA Radio Nacional en cadena emitía comunicados en forma constante, información que era escuchada atentamente por los asustados vecinos. Cerca del mediodía, uno de esos partes informativos mencionó directamente a Pilar y la amenaza de bombardeo al Instituto Pellegrini, lo que terminó de sembrar el pánico.
Gran cantidad de familias dejaron sus hogares para refugiarse en las afueras del centro. Para ese entonces, militares se habían apostado en la Municipalidad, la Iglesia y varias calles del casco céntrico de la localidad.
Lejos de ser un rumor infundado, la amenaza de que Pilar y el Colegio Pellegrini en particular sufrieran un bombardeo fue real. Sin embargo, no llegó a concretarse: si bien recorrieron la zona, los colorados se marcharon sin atacar.
Así, los pilarenses que habían huido de sus casas para evitar quedar en medio de un combate pudieron regresar a sus casas a salvo, luego de un Día de la Primavera que quedó en el recuerdo de todos los que lo vivieron.