Correo de lectores: Destruir la independencia de pensamiento ¿es democrático?

Por Redacción Pilar a Diario 3 de febrero de 2023 - 08:18
Destruir la independencia de pensamiento ¿es democrático?

Sr. Director:

La libertad de pensar lo que uno quiera debe ser respetada por sobre cualquier cosa, ya que es en esa libertad donde se forma y radica la cultura.

Es increíble cómo en pleno siglo XXI se prejuzga, ataca, denigra o insulta a cualquiera cuyas ideas sean distintas a las mayorías de turno.

Las redes sociales, en su conjunto, son las armas actuales para este ataque, siendo Twitter la cloaca principal con sus doscientos ochenta caracteres de basura y mentira, salvo honrosas y mínimas excepciones.

Cuando la idea de alguien va en contra de lo establecido se remueve el avispero y las avispan empiezan a picar insidiosamente con “verdades” sin sustento o con insultos, lo más habitual. Hay que estar bastante blindado para salir airoso de estos ataques o saber de antemano que no son importantes, porque ¿qué importancia se le puede dar a haters que se escudan generalmente tras seudónimos y opinan de todo sin saber de nada?

De todas formas es parte de la libertad y lo acepto, parafraseando a Orwell, “todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”.

La policía del pensamiento ya es algo obsoleto, pero hay muchos que creen poseer la insignia de sheriff. Pobres de toda pobreza intelectual, se arrogan el derecho de decir qué está bien leer y qué no, cuando ellos mismos, por lo general, han leído bien poco y solo repiten citas, frases, pensamientos y textos resumidos de otros.

Leer todo un libro entero pareciera ser un camino cuesta arriba para esta pobre gente y no suelen tener “tiempo” salvo para criticar todo lo que no les parece correcto, incluso cuestiones históricas irrefutables.

Ni hablar de la educación, en donde el educador -no todos-, en lugar de educar, adoctrina al alumno que por su corta edad y conocimiento no tiene forma de refutar, y si lo hiciera se convertiría automáticamente en un “paria” que piensa distinto y de ahí al bullying hay un paso bien corto.

Vivimos tiempos extraños donde comprar libros es prohibitivo para la mayoría y ni hablar de editarlos. La cultura pasó a un plano insignificante y la prueba está en la proliferación desmesurada de gimnasios y la desaparición de librerías. A lo de “Mens sana en corpore sano…” habría que quitarle lo de “Mens” porque a todas luces existe un desequilibrio mental ligado principalmente a vivir mal en un país donde tenemos de todo y nos falta de todo. La lucha diaria es por el dinero para llegar a fin de mes o, en el peor de los casos intentar vivir sobre nuestras posibilidades, caiga quién caiga. Esto hace que se valore a las personas por su bolsillo y no por su intelecto.

Se le exige mucho al ciudadano y no se le brinda absolutamente nada. Con los fondos que salen de los impuestos, ya que el Estado no produce nada… bueno en realidad produce pobres.

Hablar inclusivamente poniéndole una “e” ahí donde se pueda no me va a cambiar la vida, pero asignar fortunas a colectivos LGBT, feministas, inclusivos y demás, sin duda que sí, porque ese dinero también sale de mi bolsillo y a mí lo único que me interesa de la inclusión es que todos los niños de Argentina coman y vivan con dignidad, cosa que no estaría pasando.

Maximiliano Brod / [email protected]

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