Opinión

En Argentina hay un femicidio cada 30 horas

Por Redacción Pilar a Diario 20 de diciembre de 2022 - 08:40

Por Andrea J. Carpaneto*

El 25 de noviembre pasado se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Paradójicamente, los femicidios siguen estando entre los principales temas de los noticieros. La sensación de espanto e impotencia es inmensa. Los casos de mujeres asesinadas no paran.

Es imperiosa la necesidad de continuar visibilizando este grave problema de salud pública y social que se vive en nuestro país. Debemos hablar aún más sobre todas las formas de violencia que afectan a las mujeres, niñas y diversidades.

El término femicidio fue acuñado por primera vez en el año 1976 por Diana Russell. Se define como la forma extrema de violencia contra la mujer por el simple hecho de ser mujer. Son asesinatos de mujeres realizado por varones motivado por odio, desprecio y sentido de propiedad del cuerpo de una mujer.

Los femicidios suceden por concepciones ideológicas acerca de un “deber ser” de la mujer en la sociedad. El acto de asesinarlas es como el último escalafón en el odio hacia ellas. La cultura patriarcal imperante encuadra los modos de pensar, las creencias, ideología, los mitos basados en la mirada exclusivamente masculina, desde la cual se construyen los estereotipos de género. El sistema patriarcal es el modelo que atraviesa la ideología de las sociedades a nivel mundial. Todos los países sostienen este orden de pensamiento. En algunas regiones del mundo la opresión sobre las mujeres y niñas es mayor que en otras. En Nigeria, la interpretación penal de la sharía permite castigar con lapidación por adulterio a toda mujer que mantenga relaciones extramatrimoniales.

Los países de Oriente tienen condiciones ultrajantes para la vida de las mujeres y niñas. Sin posibilidades de educación, ni de elección, otros hombres deciden por ellas. El sistema determina cómo deben pensar y sentir, encerrándolas en su propio ser. Al comenzar a manifestarse contra el sistema imperante, son encarceladas o directamente asesinadas. Lo prioritario es acallarlas.

En Qatar, donde se jugó el mundial de fútbol, existe una atroz opresión hacia las mujeres. Lo cual fue puesto de manifiesto por innumerables periodistas que están cubriendo el evento desde allí, incluso por algunos equipos participantes (Irán y Alemania, por ejemplo). Pero son hechos aislados. En Qatar hay miedo a manifestarse; hasta el simple hecho de hacer un chiste puede abrir la posibilidad de que una persona sea detenida. Es notable ver cómo en las tribunas de los estadios majestuosos no había ni mujeres qataríes presenciando los partidos.

Pero volvamos a nuestro país. Según el último informe del Observatorio de Femicidios “Adriana Marisel Zambrano”, que dirige la Asociación Casa del Encuentro, “desde el 1° de enero al 31 de octubre del 2022, se produjeron 247 femicidios, 7 trans/travestidicidios y 16 femicidios vinculados de varones. En 304 días hubo 254 femicidios y Trans/Travesticidios”.

Ahora bien: ¿por qué suceden los femicidios? En principio, hay un complejo entramado sociocultural donde se ven ausentes los organismos que deberían evitarlos. Lo único que podría parar este flagelo sería comenzar a cambiar los modelos ideológicos patriarcales. A las mujeres, niñas y diversidades las mata una cultura que cree que sus cuerpos son objetos de pertenencia de los varones. La Ley Micaela (ley 27.499) para los tres poderes del Estados, y la Ley de Implementación del ESI (Ley 26.150), para todos los establecimientos educativos, son las normativas vigentes para capacitar a la sociedad. Son instrumentos de un cambio social, cultural y político. En la medida que no se implementen en forma completa no serán eficaces. Los femicidios se terminarán cuando no haya desigualdad de género, cuando la mujer tenga el mismo lugar que los varones en la sociedad. Cuando las mujeres tengan voz. Cuando exista verdadera igualdad entre los géneros. Los cambios demandan décadas, pero se tienen que comenzar en forma masiva en los establecimientos donde la persona está inmersa, sean estatales o privados, comenzando desde el inicio de la escolaridad. La prevención de la violencia de género debería ser prioritaria.

Hasta ahora las acciones del Estado no son suficientes. Las medidas para frenar los femicidios no aparecen. ¿Hasta cuándo tendremos que leer en los medios que una mujer fue brutalmente asesinada por un femicida?

*Psicóloga UBA. Especialista en Violencia Familiar y Género. UBA.

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