Correo de lectores

Por Redacción Pilar a Diario 22 de mayo de 2021 - 08:05
Yo le explico, Sr. Presidente

Sr. Director:
Hace días en cadena nacional y a su regreso al país, el Presidente lanzó esta pregunta como si no supiera por qué aumenta la carne y por supuesto se aprestó a “solucionar el problema” como es habitual en él, con medidas que solo tienden a empeorar todo.

La carne aumentó al igual que aumentó absolutamente todo en forma desmedida, eso se llama inflación y se logra entre otras cosas por emitir dinero, cosa que se hizo a destajo para pagar planes sociales. Miles de millones de pesos emitidos que fueron perdiendo valor y hoy son solo figuritas de colores para el trabajador común que no vive de subsidios ni planes y ve cómo su sueldo, si tiene la suerte de tener uno, se desmorona estrepitosamente. Trabajadores a los que se les pide invariablemente lo mismo: ajustarse el cinturón mientras la casta política gana fortunas y gasta a mansalva y desvergonzadamente, incluso acomodando parientes y amigos inútiles.

La exportación de carne genera divisas y prohibirla en un país ganadero es otro exabrupto autoritario y sin sentido, tomado en forma arbitraria y que solo generará el efecto contrario. Que el argentino ya no pueda comer carne, a pesar de que en campaña uno de sus dichos más repetidos era que no faltaría el asado en la mesa... se olvidó decir en la mesa de quién.

Está bien claro que para este Gobierno el problema es el campo como ya lo demostró en gestiones anteriores y sí, es el mismo gobierno mal que les pese. En definitiva, se sigue haciendo todo mal y es el trabajador, el que paga impuestos, el que debe ajustarse el cinturón, nunca los diputados y los diez asesores promedio de cada uno. El pequeño empresario de un restaurante, por ejemplo, que hizo todo para cumplir con las normativas invirtiendo en calefacción, mantas, equipo para tomar la temperatura, etc... y respetando el ASPO, se ve obligado a cerrar de nuevo. Lo mismo las casas de ropa y ni hablar del mal mayor, el cierre de las escuelas y el trauma generado en los niños de preescolar y primeros grados que no solo no aprenden nada en forma virtual si no que no pueden empatizar con maestros y compañeritos. Ya van a hacer dos años que los niños no pueden asistir a clases ¿Nadie piensa en lo grave que es para el futuro de esos chicos? Obviamente no es el mejor momento pero ¿Por qué condenarlos al encierro cuando casi no había contagios, cuando aún no hacía frío? ¿Acaso no sabía el equipo de “científicos” que esto iba a pasar?

Hoy no estaríamos en esta situación terrible en la que nos encontramos si al menos se hubiera cumplido con una de las promesas que salen de una boca que debiera permanecer cerrada, por aquello de mejor callarse y parecer idiota que hablar y confirmarlo.

Vacunas, testeos, cárcel a los corruptos del anterior gobierno y de este, control real de precios, libertad de circulación por el territorio nacional, dejar de pensar en cambiar jueces y un poco menos de prepotencia podrían ser la clave para salir del terrible problema en que nos metieron y que llevará muchos años remontar.

Maximiliano Brod / [email protected].

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