OPINIÓN

Una crisis que nos afecta a todos

por Juan Ignacio Surraco*

Por Redacción Pilar a Diario 17 de junio de 2020 - 08:06

La crisis sanitaria presente nos afecta a todos. No solo a los vecinos de Pilar, sino también a los de todo el país. No solo afecta a quienes se enferman y contraen el virus, sino que además impacta sobre los que están saludables y pueden trabajar o estudiar. Tampoco afecta solamente al Gobierno, que debe hacer frente a urgencias del sistema de salud nacional, sino que también afecta a las empresas, que no pueden desarrollar su actividad productiva normalmente. Por sobre todo, no afecta solo a la Argentina, ya que de la misma forma afecta a todo el mundo y en total ya se supera el millón de infectados.
Todos sentimos que estamos haciendo un gran sacrificio en cumplir la cuarentena, en la que se nos pide no salir de casa, no salir para trabajar y consecuentemente nos obliga a ajustar el consumo, priorizando la alimentación. Se siente porque muchos argentinos que viven al día necesitan del trabajo presencial para poder tener su ingreso. Los más afectados son los trabajadores informales, que no solo no pueden trabajar sino que además encuentran problemas para recibir los beneficios del sistema de seguridad y protección social.
Los trabajadores independientes que prestan servicios profesionales del transporte, deportes, arquitectos, masajistas, fotografía, etc., lo sufren de manera similar, con la diferencia de tener algo más de formalidad y en algunos casos capacidad de aguantar la crisis.
Los empleados en relación dependencia de industrias, del comercio, del turismo y de los sectores declarados no esenciales, tienen la ventaja que da la estabilidad laboral y el sueldo garantizado, pero no dejan de estar expuestos, ya que trabajan en empresas que en muchos casos -y en especial si se trata de PyMEs - no están produciendo ni vendiendo y que más temprano que tarde, sentirán el impacto de tener que interrumpir su actividad productiva.
La crisis sanitaria tiene así un fuerte impacto en la economía, que se encamina a una recesión profundísima por la pausa en el consumo y la producción. En paralelo, esta crisis exige una acción mucho más fuerte por parte del Estado, a través del refuerzo al sistema de salud y de la asistencia a los sectores de la producción y el trabajo. En este contexto, el Gobierno debe financiar el gasto creciente de alguna forma, y pareciera que la únicas fuentes posibles son el reajuste del gasto, con el problema de que el mismo es rígido por las jubilaciones, el gasto social y los intereses de deuda; o vía emisión monetaria, con riesgo de que en el mediano plazo se acelere la alta inflación ya acumulada.
Como si esto fuera poco, el coronavirus amenaza con generar un freno significativo en las economías desarrolladas, que en un mundo altamente globalizado, implica una importante restricción al comercio internacional. En el cortísimo plazo, ha generado fuerte volatilidad en los mercados financieros, que comienzan a descontar de los precios, los efectos negativos de mediano plazo. Así, la volatilidad mundial afecta a la Argentina por el canal del comercio internacional y por el canal financiero.
Estamos insertados en el mundo y por eso estamos expuestos a los problemas ajenos además de los propios. Lo micro se conecta con lo macro y encima hay factores sobre los que ni los ciudadanos ni el gobierno tienen control. Por eso, debemos ser responsables para no generar riegos micro y debemos colaborar con las autoridades locales y nacionales para controlar el avance el riesgo macro. Así, lograremos minimizar el impacto negativo que el Coronavirus nos presenta a todos.

*Economista y consultor financiero.  

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