Un símbolo de Pilar

La Reina, una historia que cumple 105 años

Por Redacción Pilar a Diario 13 de marzo de 2018 - 00:00

Fundado el 13 de marzo de 1913, La Reina es el comercio más antiguo que aún se mantiene en pie en el centro de Pilar. Hoy cumple nada menos que 105 años como testigo del desarrollo de aquel pueblito en el que los clientes llegaban a caballo y renovaban su vestuario cada semestre.
La iniciativa fue de José Juan Aon, acompañado por su padre Juan, ambos inmigrantes libaneses.
En 1925, José Juan se casó con Rosa Rahaim, una joven que tenía apenas 14 años y estaba en un internado de París cuando ambas familias sellaron un matrimonio por poderes (algo usual entre miembros de una misma colectividad que se encontraban en países diferentes). Ambos fueron los padres de Antoine, conocido por todos como Tono. En total, tuvieron seis hijos, pero sólo él terminó heredando la pasión de sus padres y abuelo.
Es para destacar la visión que tuvieron padre e hijo, inmigrantes ambos, sobre el éxito que podría tener un negocio de ese estilo en el Pilar de principios del siglo XX, un pueblito con calles de tierra, carros tirados por caballos y servicios casi inexistentes, con clientes que renovaban el guardarropas cada seis meses.
Llamado en un principio Casa Aon Tienda San José, el local fue rebautizado como La Reina en la década del ‘40. En 1949 se hizo una reforma del negocio, que se dividió en Moda Jolie (duró unos años y estaba orientada al público femenino), y LR para los hombres.
En aquellos primeros años, José se estableció en el negocio, mientras su padre era el encargado de vender mercadería al campo, visitando asiduamente a sus clientes. En cuanto a la mercadería, se repartía entre importada y traída de Buenos Aires. En ese entonces, los viajantes llegaban al pueblo y se quedaban varios días, debido a las distancias y los precarios medios de locomoción.
Tono Aon está directamente involucrado con el negocio familiar desde fines de la década del ’50. Luego de intentar estudiar Ingeniería y Odontología (su padre quería que tuviese un título universitario), con el apoyo cómplice de su madre logró su cometido: dedicarse a lo que le gustaba, que era ni más ni menos que trabajar en el negocio familiar.
Pasaron 105 años y La Reina sigue ahí, en Lorenzo López casi San Martín, frente a la plaza 12 de Octubre, como testigo presencial de un Pilar que ya poco se parece al de marzo de 1913.
 

Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Te Puede Interesar