Rodeados por el agua, Claudio Díaz y su familia, no pueden salir de su casa, en el barrio La Lomita.
Ayer, cayeron 45 milímetros de lluvia en menos de dos horas y las aguas subieron, complicando aún más la situación de los inundados, que crecieron en número y ya superan los 200. El aguacero volvió a dejar secuelas en barrios del distrito.
En La Lomita, el número de personas asistidas supera las 120 y tras la lluvia de ayer esperaban por más personas que llegarían a las instalaciones de la Escuela Nº 7, donde funciona uno de los centros de evacuados.
Por otro lado, hay familias que perdieron todo y con agua dentro de sus viviendas, aún permanecen adentro protegiendo lo poco que les queda.
En las últimas horas, hubo denuncias e intervención de la policía por supuestos intentos de usurpación de terrenos por parte de los evacuados.
También hubo calles anegadas en Villa Rosa, Agustoni, Las Margaritas y San Alejo, mientras que un árbol cayó sobre una vivienda en Presidente Derqui, produciendo daños materiales aunque no hubo que lamentar víctimas.
Las pocas explicaciones que desde el viernes partieron desde el Municipio aseguraron que están trabajando en la limpieza de desagües y señalaron que no tienen dónde arrojar el barro que sacan de los sumideros.
Ayer, en 120 minutos, el distrito recibió 45 milímetros que repercutieron en los barrios afectados por las inundaciones. Especialmente la situación se agrava en los fondos del barrio La Lomita donde las complicaciones aumentan con la velocidad que el agua cae del cielo.
En el barrio más bajo, compuesto por unas seis manzanas, que son las más afectadas, sólo muestran la imagen de la desolación y las precarias casas con el agua que alcanza desde los 60 centímetros hasta superar el metro y en algunos casos sólo se ven los techos.
Apenas quedan en la zona una o dos familias que pudieron construir sus casas de material, pero que no son ajenas a la inundación. Sin embargo sus ocupantes permanecen en sus casas con agua en el interior y subidos a la parte más alta, ya que prefieren quedarse a cuidar sus pertenencias por miedo a los robos.
Las lluvias continúan y en el barrio hay gran preocupación por la crecida del río de Luján, aunque las mismas víctimas, ayer señalaron que tras la lluvia, había comenzado a descender lentamente el nivel del agua.
Más problemas
La caída de las nuevas precipitaciones pasado el mediodía de ayer también afectaron las calles de los barrios Agustoni, San Alejo y Las Margaritas. Es que el arroyo que hace de alivio al cauce del río, desbordó dejando a las casas y calles de las cercanías, inundadas.
Los vecinos salieron con palas y escobas de alambre a limpiar las zanjas para que el agua pudiera escurrirse y en muchos casos lograron que no ingresara a sus viviendas, mientras otros no corrieron la misma suerte.
En algunas arterias, como en el caso de la calle Santa María que une los tres barrios, sufrió la rotura de caños y de la cinta asfáltica en al menos dos esquinas, en una de ellas un automóvil quedó atascado cuando al pasar por el lugar el asfalto se hundió, a raíz de la fuerza que llevaba la correntada que pasaba por adentro del caño y por encima de la calle.
En tanto, en Villa Rosa varias arterias volvieron a convertirse en arroyos y los frentistas sufrieron otro golpe de las aguas.
Si bien los anegamientos en esa localidad fueron temporales y mientras duró el gran chaparrón. De todos modos las intersecciones de las calles Moreno y Belgrano, al igual que Ballerini y Morel, muestran acumulación de agua duradera.
Mientras que la lluvia de ayer, no afectó de forma grave al barrio La Lata que el viernes último había quedado bajo agua, según los vecinos los trabajadores municipales habían limpiado los sumideros momentos antes de la lluvia.
Defendió los trabajos del gobierno
Kastelic: “No vamos por mal camino”
El subsecretario de Obras Públicas, José Kastelic, contó ayer a El Diario que comenzaron los trabajos en Villa Rosa, aunque aseguró que no pudieron terminar de destapar todos los caños obstruidos, debido a la lluvia que se desató cerca del mediodía.
Al mismo tiempo Kastelic señaló: “no tenemos dónde tirar el barro que sacamos, no podemos entrar a La Montonera y no podemos tirarle barro a la gente”.
El funcionario adelantó que seguirán los trabajos en el día de hoy, pero que recién podrán terminar todo cuando el tiempo mejore.
“Estamos trabajando mucho y venimos haciendo un montón desde el 2003, antes llovía mucho menos y ya estaba todo inundado, no vamos por mal camino”, aseguró Kastelic.
El subsecretario de Obras Públicas, señaló que el trabajo en todo el distrito se realiza a través de las 11 delegaciones y que están todas apuntando al trabajo en los barrios para evitar más inundaciones: “pero el mal tiempo no nos deja”, lanzó.
El funcionario estuvo ayer reunido en dos oportunidades con el intendente Humberto Zúccaro y contó que el mandatario le pidió que “esté cerca de la gente”.
“No fue una reunión especial, nos reunimos todos los lunes para hablar de trabajo y hoy (por ayer) hablamos de lo que pasó con las lluvias”, remarcó Kastelic.
En reclamo de obras
En Del Viso, los vecinos cortaron la ruta
Unos 200 vecinos de los barrios Los Cachorros Chico, El Ombú y Sala, todos de Del Viso, mantenían cortada anoche ambas manos en la ruta 26, en esa localidad, a unas 10 cuadras de la autopista Panamericana.
Según le dijeron a El Diario, el motivo es reclamar obras para la zona que según señalaron, se encuentra en un “abandono total” por parte de las autoridades municipales.
La protesta se inició cerca de las 20.30 de ayer e incluyó quema de cubiertas y el bloqueo de ambas manos de esa arteria, lo que complicó el tránsito.
Debido a las fuertes lluvias de los últimos días, los vecinos de esa zona no fueron la excepción y sufrieron el anegamiento de calles y en algunos casos el agua entró a sus viviendas.
Los frentistas se quejaron de que en la zona “no hay zanjeo”, que el Municipio no realiza “ningún tipo de mantenimiento y que sus reclamos no tienen respuesta por parte de las autoridades.
Anoche, al cierre de la presente edición, se mantenía el corte a la espera de que llegara al lugar alguna autoridad municipal que se comprometiera a dar una solución.