Con la primavera llamando a la puerta, el letargo invernal llegó a su fin. Es tiempo de ponerse los guantes y salir otra vez al aire renovado.
Y para lograr que la magia primaveral obre el milagro en tu jardín, es importante que le des algunos cuidados. En esta columna te contamos las tareas imprescindibles que debes hacer ahora.
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Limpiar el jardín
Antes de ponernos manos a la obra con cualquier otra tarea, es muy importante comprobar el estado de nuestro jardín y evaluar posibles daños.
Asegúrate de que el suelo de tu jardín se encuentre limpio de ramas, hojas secas y flores marchitas, ya que la tierra debe oxigenarse adecuadamente para estar en un estado óptimo.
Aprovecha también para limpiar las malas hierbas que van ganando espacio. Ellas les roban a las plantas los nutrientes del sustrato y el agua que necesitan para desarrollarse. Incluso pueden atraer plagas y enfermedades, por lo que acabar con ellas ha de convertirse en uno de los objetivos en esta época del año.
Trata de hacerlo con un herbicida adecuado para que sea menos perjudicial para el jardín.
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Preparar las herramientas
Es imposible empezar ningún trabajo sin las herramientas adecuadas. El frío del invierno puede haber hecho mella en nuestro material de jardinería y por eso, la primavera también es un momento idóneo para pasar revista y empezar a preparar todo lo que podríamos necesitar de cara a las temporadas siguientes.
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Podar las plantas
Una de las razones principales por las que debemos podar las plantas en primavera es porque ésta es la estación ideal para estimular su crecimiento.
La poda deber realizarse de manera armoniosa y compacta. En el caso de las especies leñosas y arbustos, podando ramas antes que florezcan y quitando las partes secas de flores, ramas u hojas. Los cercos también deberán ser podados en esta época y a las bulbosas, ya florecidas, se les cortarán las flores y hojas secas para que semillen.
Las plantas que florecen en esta estación, se deberán podar justo en el momento en el que empiezan a florecer para no dañar las futuras flores.
Las plantas que florecen en verano, se podarán un poco antes para estimular su crecimiento.
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Abonar el sustrato
La tierra del jardín es uno de los elementos que hace que tus plantas crezcan esplendorosas, gracias a los nutrientes que contiene. Cuando estos elementos escasean es fundamental enriquecer el sustrato abonándolo, especialmente en primavera, que es cuando tus plantas más lo necesitan.
Una buena idea es aportar al suelo materia orgánica, una opción natural que las plantas asimilan muy bien: estiércol, compost, humus de lombriz, turba, etc.
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Plantar nuevos ejemplares
La primavera es el período de siembra de todo tipo de plantas vivaces y anuales (violetas, claveles, siemprevivas o caléndulas, entre otras), así como también de plantas de floración estival bulbosas (dalias, gladiolos, varas de San José entre otras).
Esta época, asimismo, resulta ideal para la plantación de árboles y arbustos de hoja caduca y plantas de vivero. Principalmente aquellas de pan bien compacto.
Es buen momento para trasplantar tus ejemplares de maceta a un contenedor más amplio, en caso de que lo necesiten.
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Reproducir las plantas por semillas
La primavera es la época perfecta para reproducir las plantas a través de semillas.
Siémbralas en bandejas o recipientes pequeños y cúbrelas con sustrato, pulverizando con agua para hidratarlas. Coloca los semilleros en una zona de sombra y procura que tengan suficiente humedad hasta que germinen.
Cuando las plántulas crezcan un poco y tengan raíces, les vendrá bien que las pongas en un lugar más soleado hasta que se desarrollen lo suficiente como para trasplantarlas al suelo del jardín.
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Plantar nuevos esquejes
La primavera también es un buen momento para reproducir las plantas mediante esquejes, un método sencillo y efectivo para multiplicarlas y conseguir un jardín frondoso.
El esqueje no es otra cosa que una parte de un tallo o rama de una planta que se corta de la manera adecuada, con algunas yemas, y se introduce en una maceta con tierra para que eche raíces. Para conseguirlo algunas de las yemas deben quedar enterradas y otras al aire, de forma que puedan producir tallos nuevos.
Antes de plantar el esqueje conviene rociar la parte que va enterrada con una sustancia de hormonas de enraizamiento.
Coloca la maceta a la sombra y mantén la tierra húmeda hasta que tu esqueje se convierta en una planta fuerte y puedas trasladarla al suelo del jardín.
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Revisar y cuidar el césped
El césped es uno de los elementos de nuestro jardín que más cuidados requiere. Además, el mantenimiento de éste, sobre todo desde que comienza la primavera, debe ser constante. Es necesario que revises ahora el césped y soluciones los problemas que pueda tener.
Debes comprobar que no tiene calvas ni zonas menos densas. Si esto ocurre puedes aportar en estas zonas semillas para resembrar. El procedimiento es sencillo y no te llevará mucho tiempo.
Es tiempo de comenzar a segar el césped una vez a la semana, una tarea que tendrás que realizar hasta el próximo invierno.
Para activar la brotación, es ideal el empleo de fertilizantes líquidos o aperdigonados que den vigor a las raíces en el comienzo de la actividad. En los céspedes resembrados pueden aplicarse urea o fosfato diamónico, que fortalece la resiembra y alimenta al césped (kikuyo o bermuda) que está debajo y empieza a brotar. Siempre que se utilice estos productos, el césped debe estar hidratado y luego hay que regarlo para lograr una mejor absorción.
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Aumentar la frecuencia de riego
En primavera las temperaturas son cada día más altas y comienza a ser necesario establecer nuevas pautas de riego en el jardín, aumentando la frecuencia y la cantidad de agua. Recordar que no derrochar agua también es importante para el jardín y el planeta.
Es fundamental revisar los sistemas de riego para comprobar que no se han deteriorado en invierno, tanto si tu jardín es pequeño y tiene un riego por goteo, como si es más grande y el riego es por aspersión.
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Vigilar la aparicion de plagas y enfermedades
Calor y humedad son dos elementos que, combinados, hacen de tu jardín el mejor escenario para la aparición de ciertas enfermedades y el ataque de algunos insectos que pueden dañar tus plantas.
Para evitarlo en lo posible debes estar vigilante y observar las plantas de tu jardín. Así podrás detectar cuanto antes el problema y solucionarlo de forma efectiva en el menor tiempo posible.
Las visitas indeseadas de caracoles, hormigas, arañas, cucarachas, avispas y/o pequeños roedores en esta época del año son casi inevitables, pero podemos tomar ciertas medidas para prevenir plagas aplicando un insecticida adecuado.
Los hongos, como el oídio por ejemplo, son también un mal frecuente en primavera. Atacan a las plantas y las debilitan, por lo que se hace necesario emplear un fungicida que acabe con el problema.
¡QUE LA PRIMAVERA TE ENCUENTRE SEMBRANDO!