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¿Cómo saber si a una planta le falta luz?

Por Redacción Pilar a Diario 4 de junio de 2022 - 07:58

Cómo saber si a mí planta le falta luz es una duda habitual entre amantes de la jardinería. Por importante que sea el riego o los nutrientes, la luz es la clave para el desarrollo y la supervivencia de cualquier ser vegetal. Es necesaria para la fotosíntesis: el proceso vital para el bienestar y la salud de cualquiera de ellas. De nada nos sirve saber qué tierra es mejor para plantas o ser rigurosos con la pauta de abono. Si no reciben la insolación natural que necesitan, no podrán crecer, desarrollarse o, incluso, mantenerse con vida.

En lo que respecta a la luminosidad, no se puede generalizar. Cada especie vegetal tiene una demanda específica de ella, por lo que es vital conocer a fondo las necesidades de cada planta y ofrecerles lo que demandan. Y decimos vital, porque un defecto de luz es uno de los principales motivos para la aparición de síntomas de enfermedades en las plantas. Una forma que tienen de hacernos saber que estamos cometiendo algún error en su cultivo y que, en ocasiones, pueden suponer el final de ella.

Por su importancia, en esta columna te compartimos en detalle cómo saber si a una planta le falta luz. Pero ojo: porque tan peligroso es el defecto como las consecuencias de un exceso. Unos síntomas que también conviene conocer para corregir la exposición de nuestra planta al sol.

 

SÍNTOMAS DE QUE A UNA PLANTA LE FALTA LUZ

Antes de conocer cómo identificar si a una planta le falta luz, es importante tener algo en cuenta. En la naturaleza, las plantas viven en armonía en sus ecosistemas de referencia. Crecen en lugares determinados de forma natural, en gran medida porque se dan las condiciones para que una determinada semilla germine y crezca. En este contexto silvestre la ubicación, el tipo de clima, la humedad ambiental o la incidencia solar son los que determinan y, a la vez, dan respuesta a las necesidades de esa planta determinada de forma natural.

Es fundamental entender que el cultivo de plantas en casa es sustancialmente distinto, ya que tendremos que recrear las condiciones naturales de forma artificial. Algo especialmente delicado cuando se trata de plantas de interior. Una categoría de plantas que cultivamos dentro de casa por un motivo fundamental: en su inmensa mayoría, son plantas que proceden de climas cálidos con temperaturas templadas y condiciones solares muy definidas. Y, si bien son ellas las que habitualmente presentan los síntomas propios de falta de luminosidad, no son las únicas: estas señales de alarma también se dan entre plantas de exterior que no cuentan con la ubicación que necesitan.

Ya estén dentro o fuera de casa, si tienes la duda de cómo saber si a una planta le falta luz, en esta columna te vamos a compartir algunos indicios que nos harán darnos cuenta rápidamente:

  • Inclina su crecimiento hacia el lado de la luz, el síntoma clásico

Es, sin lugar a dudas, la forma más sencilla de detectar que a una planta le falta luz. Se identifica de forma sencilla, ya que dirige su crecimiento hacia un determinado lado, habitualmente el que más luminosidad tiene. Es la forma que tiene de conseguir la luz que necesita.

  • Se estira, una de las señales habituales de que a una planta le falta luz

Es un fenómeno conocido como etiolación y, a pesar de que es popular entre crasas y suculentas, no solo se dan en ellas. La planta alarga sus tallos, habitualmente en vertical, buscando la luz que necesita. Y aunque es posible que no le demos más importancia que el aspecto estético, mucho cuidado: cuando las plantas se etiolan, es probable que no sobrevivan mucho más tiempo.

  • Ha detenido su crecimiento, no florece o sus flores no llegan a abrirse

Otra de las pistas habituales de que a una planta le falta luz. Aunque quizás el hecho de que no se desarrolle pueda pasarnos desapercibido, sabremos que hay un exceso de luminosidad observando su floración. Tanto si no hay rastro de ella, como si crea los capullos de flor pero se marchitan antes de abrirse, nos estará diciendo a su manera que necesita más luz.

Para asegurarnos de que es una falta de luminosidad, es fundamental descartar otro defecto de cultivo con señales similares: el exceso de riego.

Tallos débiles y sin su consistencia habitual, otro síntoma claro de que a una planta le falta luz

Si observamos tallos quebradizos, con mal aspecto, débiles o delgados está claro: nuestra planta nos está pidiendo a gritos un cambio de ubicación. Si este fuera el caso y según el tipo de planta, también tendremos que evaluar si la planta está sufriendo un exceso de riego o tiene un mal drenaje. En algunas especies vegetales, el encharcamiento también se manifiesta de esta manera.

  • Crecimiento anormal de las hojas

Es muy común que suceda, pero a pesar de ello, suele ser motivo de sorpresa. Cuando una planta crea hojas nuevas de menor tamaño al habitual suele ser otro de los síntomas de defecto de luz.

  • Hojas amarillas, otra pista crucial

Es, sin lugar a dudas, la manifestación más clara de que a una planta le falta luz. En la mayoría de los casos, las hojas amarillas van de la mano de los tallos debilitados. Más allá de su coloración, ayudan dos detalles más para estar completamente seguros de que es una falta de luminosidad: que las hojas no sean las inferiores de la planta, que pueden amarillear cuando han llegado al final de su ciclo natural; y que, además, se desprenden.

Si en los puntos anteriores hacíamos puntualizaciones, en lo que respecta a esta singular coloración hemos de hacerlas todavía más. Y la razón es sencilla: en determinadas especies vegetales, este cambio en las hojas puede responder a otros motivos.

  •  Pérdida de color y dibujo en las hojas, la última pista a considerar

El último aspecto que nos indicara si a una planta le falta luz, y es sencillo de identificar en plantas caracterizadas precisamente por el diseño natural de sus hojas. Si observamos que las hojas cambian de tonalidad de verde, habitualmente se oscurecen; o, en el caso de aquellas que tienen otros tonos, éstos desaparecen estaremos ante un defecto de iluminación.

Y tiene toda la lógica: las plantas con colores en las hojas diferentes al verde tienen unas necesidades específicas de luz. Es gracias a ella y, como consecuencia, a la fotosíntesis como nuestra planta puede mantener esa coloración. Si la luz que recibe es ineficaz, no podrá generar esos pigmentos que no son verdes.

 

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