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Planificar la rotación de cultivos en la huerta. ¡Una Alternativa Sustentable!

Por Redacción Pilar a Diario 11 de junio de 2022 - 08:55

La rotación de cultivos en la huerta es una de las prácticas tradicionales de la conocida Agricultura Sustentable. No responde a un capricho, sino que es más bien una necesidad. Por un lado, garantiza velar por la fertilidad del suelo y optimizar al máximo el abono de huerto que utilicemos. Por otro e íntimamente ligado a esto, llevarla a cabo evita en gran medida la aparición de plagas. Un suelo nutrido será la cuna de plantas de huerto fuertes. Y, sin duda, no existe mejor escudo para los molestos visitantes de nuestros cultivos.

La rotación consiste en alternar en el tiempo la plantación de especies de distintas familias y por lo tanto distintas necesidades. Alternando plantas de distinta variedad, logramos que no se agoten los nutrientes de la tierra, interrumpimos la propagación de plagas y enfermedades, y obtenemos una producción variada.

Lo más importantes es saber qué es lo que necesita cada planta para vivir, que micronutriente es el que le gusta más y por tanto del que va a «chupar» en grandes cantidades de nuestro suelo. Por ejemplo, a las plantas de las que comemos la hoja les gusta mucho el nitrógeno (N) para poder tener ese color verde tan característico. Por otro lado, a aquellas plantas de las que comemos los frutos les gusta mucho el fósforo (P) y a las de raíz el potasio (K). Así que es necesario que esos elementos se encuentren en el suelo cuando vayamos a plantarlas y que estén disponibles para que los absorban por sus raíces.

¿Y para que nos sirve esta información? Para rotar bien. Si ponemos en un mismo suelo de forma consecutiva dos plantas que necesitan los mismos nutrientes, veremos que la que vaya en segundo lugar no va a crecer tanto ni tan bien como la primera, porque ésta ya ha dejado el suelo bastante vacío de esos elementos que las dos necesitan.

 

Por su importancia, veamos cómo hacer correctamente la rotación de cultivos en el huerto. Una tarea que conlleva cierto aprendizaje inicial y que, después, llevaremos a cabo de forma natural.

CÓMO ORGANIZAR LA ROTACIÓN DE CULTIVOS

Quienes ya están iniciados, suelen realizar la rotación de cultivos de manera instintiva. Algo lógico ya que conocen a fondo las particularidades de las distintas plantas de huerto. Sin embargo, para quienes se inician lo ideal es conocer a fondo las familias de hortalizas. El motivo es sencillo de comprender. Por una parte, hay cultivos que crecen a la misma profundidad. Por otro, hay determinadas familias de cultivos que consumen el mismo tipo de nutrientes. Lejos de ser dos hechos secundarios, son fundamentales. Y no solo porque ambos tipos de cultivos consuman los mismos nutrientes del suelo, empobreciéndolo. Añadido a esto, no jugar con la rotación de cultivos en la huerta hace que las plagas se instalen y se hagan resistentes.

Evitarlo está en nuestra mano, y puede hacerse de dos maneras diferentes: conociendo la profundidad de cultivos y sus familias. Veamos en detalle cuáles corresponden a cada una, con vistas a planificar la rotación de cultivos en la huerta como mejor consideremos.

Rotación de cultivos en el huerto según tipo de planta

Como decíamos, las plantas de huerta crecen a distintas profundidades. Un hecho poco importante en el día a día, pero fundamental en lo que respecta a la rotación de cultivos en el huerto. La división más sencilla a tener en cuenta es:

Cultivos de raíz: ajo, cebolla, zanahoria, remolacha …

Cultivos de flor:  tomate, pimiento, berenjena, zapallo, brócoli…

Cultivos de hoja: lechuga, acelga, espinaca …

Cultivos de leguminosas: arvejas, habas, poroto, guisantes…

Si empezamos plantando en un espacio de huerto un cultivo de raíz, tendremos que alternarlo el año siguiente con uno de hoja. Siguiendo con este esquema, el año siguiente plantaríamos leguminosa y, al siguiente, un cultivo de flor. El motivo de este esquema es sencillo. Los cultivos de raíz y los de flor son altamente exigentes en cuanto a nutrientes, por eso es importante alternarlos con otros que demanden menos del suelo.

Rotación de cultivos en el huerto según familias

Otra manera sencilla de organizar la rotación de cultivos en el huerto es hacerlo por familias. Y, para ello, es fundamental conocer los detalles de cada una de ellas. Solo así podremos entender las necesidades de cada una de ellas.

La disposición de familias que presentamos es, también, el esquema que debemos seguir a la hora de plantar.

Solanáceas: cultivos con una alta demanda de nutrientes, por lo que exigen un suelo rico. Además, también comparten el mismo tipo de plagas, por lo que no podemos repetir de año en año. Entre ellos están los tomates, las patatas o los pimientos

Umbelíferas: demandan un suelo fértil para poder desarrollarse en condiciones. Zanahorias, apios o nabos son los principales exponentes de esta familia

Liliáceas: poco exigentes en lo que respecta a nutrientes del suelo. En este grupo están cebollas, puerros o ajos

Cucurbitáceas: una familia de cultivos que no solo demandan un suelo enriquecido sino, además, un buen espacio para poder crecer. Entre ellas están las calabazas, los calabacines o los pepinos

Leguminosas: son cultivos que enriquecen muchísimo el suelo, ya que aportan un porcentaje enorme de nitrógeno al sustrato. Judías, guisantes o habas son algunas de las plantas de esta familia

Crucíferas: son plantas de hojas verdes que demandan suelos ricos en nitrógeno. Por eso es importante plantarlas después de cultivos de leguminosas. En esta familia se engloban las coles y el brócoli

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