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¿Cómo tener una buena huerta en el otoño y en el invierno?

Por Redacción Pilar a Diario 28 de marzo de 2022 - 09:31

La huerta en casa es una tendencia que creció por la idea de cultivar los alimentos para autoconsumo. La llegada del otoño  puede ser una excelente invitación para iniciar nuestra huerta urbana.

A la hora de realizar la huerta para la temporada otoño-invierno es importante conocer estas recomendaciones para tener una buena huerta que brindan los especialistas del INTA AMBA.

  • Fecha de siembra

Cada especie tiene su calendario de siembra y esto depende de la zona. Si se retrasa la fecha, se corre el riesgo de que se presenten adversidades climáticas para el normal crecimiento y desarrollo de las plantas.

  • ¿Qué sembrar?

Otro punto importante es que especie implantar.  Existe una gran cantidad de especies que se podrán sembrar en la temporada otoño-invierno.

Entre ellas se encuentran: acelga, achicoria, ajo, alcaucil, apio, arveja, cebolla, cebolla de verdeo, cilantro, espinaca, habas, hinojo, lechuga, perejil, puerro, rabanito, remolacha, rúcula y zanahoria.

  • ¿Hacer almácigos?

La mayoría de las especies hortícolas pueden iniciarse en almácigo. Pero, no se recomienda en aquellas que son grandes y fáciles de manipular, como las habas y arvejas, o las que presentan dificultades en el trasplante como el perejil, rabanito, zanahoria, espinaca y rúcula.

  • Cantidad de semillas y profundidad

Este punto, también, es crucial para obtener el máximo rendimiento. Esta decisión dependerá del tamaño de las semillas. En el caso de las más pequeñas como la lechuga, hinojo o apio se siembran “al voleo” por toda la superficie, mientras que, las más grandes, como las habas y arvejas, se siembran “a golpe” colocando dos semillas por orificio.

Es recomendable que la profundidad de siembra sea de 2 a 3 veces el tamaño de la semilla y luego de la siembra realizar un riego generoso.

  • Ubicación

Es importante tener en cuenta varios factores al momento de diseñar la huerta agroecológica en los hogares. Uno de ellos, es la cantidad de horas de luz solar directa: cuánto mayor cantidad de horas de luz solar directa, mejor será el crecimiento y desarrollo de la planta.

  • Disponibilidad de agua

Otro punto decisivo es la disponibilidad de agua y las características del suelo. Un buen drenaje y contenido de materia orgánica, mediante abonado, favorecerá el adecuado crecimiento y desarrollo del cultivo.

  • Distribución

Este aspecto es clave para la huerta, debido a la asociación y la rotación de cultivos.

La práctica de asociación consiste en combinar, de manera simultánea, cultivos de distintos requerimientos de nutrientes según el órgano de cosecha (raíz, hoja o fruto); el tamaño final de cada planta (para evitar el sombreado de unas con otras) y la familia botánica a la que pertenecen (evitar combinar especies de la misma familia).

En cambio, la práctica de rotación se basa en alternar plantas de diversas familias botánicas y con distintas necesidades nutritivas. Esta decisión evita que el suelo se agote y que se perpetúen las enfermedades que afectan a un tipo de planta.

Es importante incorporar alguna leguminosa como puede ser habas, porotos, arvejas o vicia, para mejorar la fertilidad del suelo.

  • Suelo

Resulta indispensable mantener la fertilidad del suelo para un buen crecimiento de las plantas y para un manejo sustentable de los recursos. A medida que cosechamos, vamos extrayendo nutrientes del suelo, por lo tanto, deberán reponerse a través de alguna práctica como es agregar abonos orgánicos y cubrir el suelo con material vegetal o acolchado, puede ser pasto seco o verde u hojas secas que caen en la temporada otoñal.

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