Literatura

Amaneciendo Letras

Recomendaciones de libros cortos para leer en cuarentena

Por Ana Ovejero 3 de septiembre de 2020 - 16:53

Queridos lectores:

¿Quién de nosotros no tiene una “mascota”? Escribo mascota entre comillas porque nuestros gatitos, perros, pajaritos, hamsters pronto se convierten en miembros de nuestras familias. ¡Cómo se debate el nombre que le pondremos! Y aunque al principio le compramos su camita, cómoda y de colores, nuestro nuevo amigo termina durmiendo con nosotros, entre papás y mamás, entre hermanos, a los pies, e incluso ¡se adueñan de nuestras almohadas!

Esta semana les traigo la reseña del libro “Platero y yo” del escritor español Juan Ramón Jiménez.

La historia comienza cuando el protagonista retorna a su pueblo Moguer y pronto se hace amigo de Platero, un burrito plateado “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro”. Juntos, como buenos amigos, recorren el pueblo, viendo pasar las estaciones y observando a la gente y sus acciones. El relato está lleno de frases poéticas que muestran cómo, el burrito y su compañero, aprenden de la vida y gozan de la naturaleza que los rodea “La luna viene con nosotros, grande, redonda, pura” A medida que pasa el tiempo, las reflexiones sobre la vida se hacen más profundas y parecería que el protagonista y su burrito ya se entienden sin hablar. El amor entre ellos crece, y el protagonista lo expresa diciendo “Más rosas...Tus ojos, que tú no ves, Platero, y que alzas mansamente al cielo, son dos bellas rosas”. El autor explica que eligió a un burro para su relato porque un asno no tiene tanto prestigio como un caballo y , así, demostrarnos que nuestro más fiel compañero puede ser simple y pequeño, pero su corazón será tan grande como la luna.

Les recomiendo leer este libro abrazados a sus compañeros de cuatro patas, de dos, tal vez sin un ojito, tal vez sin una patita. Esos compañeros que nos reciben cuando llegamos a casa como si fuéramos de la realeza, que nos encienden el alma en los días tristes, a los que , con solo verlo en sus ojos, sabemos que el amor puede ser tan profundo como el mar.

¡Buena lectura!

Ana

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