Boca juniors transita un presente bipolar en este 2022. El equipo que ahora dirige, Hubo Ibarra, es un subibaja futbolístico y emocional. Con este panorama será difícil lograr títulos.
Boca juniors transita un presente bipolar en este 2022. El equipo que ahora dirige, Hubo Ibarra, es un subibaja futbolístico y emocional. Con este panorama será difícil lograr títulos.
Es muy complejo trabajar en un contexto donde la tensión esta a flor de piel. Esto abarca cualquier trabajo y actividad personal, mas cuando hay un grupo grande por detrás, donde cada integrante siente y vive el día a día de manera dispar. Emociones a flor de piel.
Boca no tiene paz, hace más de un año no para de generar rispideces en lo interno. Muchas cosas que deben resolverse en el seno del club salen a la luz y todo explota por los aires. La dirigencia por momentos tiene una postura que no permite llegar a buen puerto en diferentes temas. Solo hay que repasar como terminaron los ciclos de Sebastián Battaglia y Carlos Izquierdoz. Y la situación actual del mejor jugador que hoy tiene el plantel, Agustín Rossi.
En lo que refiere a lo futbolístico el equipo no encuentra rendimiento sólido extendido en el tiempo. Falta de identidad y de trabajo para ver reflejado lo que pretende su entrenador. Esta claro que los que resuelven dentro de la cancha son los futbolistas, ellos son los máximos responsables. Son los protagonistas más allá de la importancia del cuerpo técnico.
Contra Patronato fue una de las derrotas más duras de los últimos años. No por el resultado, sino por las formas y la falta de actitud y carácter. A la semana tuvo un destacado partido de local vs Platense. La rica historia de Boca pide otra cosa.
La Copa Libertadores de América ya es historia. En la Copa Argentina sigue activo luego de la victoria muy corta vs Agropecuario. En la Liga esta lejos y es difícil hoy pensar en un Boca protagonista.
Veremos como le va al equipo de Ibarra de aquí al final del año. Algo debe de cambiar, adentro y afuera de la cancha.