Las entidades de Pilar se plegaron a las denuncias que elevó la Unión Nacional de Clubes de Barrio (UNCB) ante el Enre para que las empresas de servicio eléctrico Edenor y Edesur cesen las intimaciones y cortes del servicio que se están produciendo por deudas generadas por las instituciones durante la pandemia de Covid-19.
El reclamo es que las empresas establezcan el cuadro tarifario legal, justo y razonable fundado en la Ley Nacional Nº 27.098 estableciendo la tarifa social y la refacturación a cero de todo el período que las entidades estuvieron cerradas por la aplicación de los DNU que dispusieron el aislamiento social (ASPO) y sus aplicaciones. Además del establecimiento de planes accesibles de pago de deudas y facturación cero a partir de la entrada de vigencia del decreto 241/2021 hasta que se autorice a la reapertura de las instituciones.
Uno de los clubes afectados a nivel local es Deportivo Villa Rosa. “Estamos en una mala situación, sin poder llegar a pagar a los profes que viven de esto, sin pagar los $15.000 de la cuota de la Liga (Escobarense) y algunos créditos que sacamos para la reconstrucción (nueva cancha) del predio. Lo tomamos pensando que la situación se iba a normalizar, pero volvimos para atrás y mal. Encima ahora tenemos el problema de la tarifa de la luz”, describió el presidente José Barrera la situación actual del club.
“Con estas restricciones no hay entrenamientos y los pocos chicos que podían pagar la cuota eso se cortó. Y se nos cayeron los sponsors por el mal momento económico, ya no ingresa nada”, contó.
Por su parte, Andrés Crivello afirmó que la situación del Club Atlético Zelaya es crítica. “Es un momento complicado, nos vino una factura de $85.000 (con deuda del 2020 cuando cerraron todos). Tuvimos que llamar para financiar y pagamos $21.000 y 5 cuotas de $10.000 más la luz consumida. Seguro en la que viene va a venir $20.000 pero con este cierre estamos complicados”, describió el presidente del Naranja.
“La verdad que uno escucha muchas cosas para los clubes, ayudas, becas, programas, fondos para obras, profesores, pero a nosotros no nos llegó nada de eso”, afirmó.
“Con el club cerrado no podemos recaudar por ningún lado, los sponsor no quieren pagar si no hay actividad, los socios no pagan si no hay actividad. Espero que está vez no nos mientan con el cierre porque la verdad que nos ataron las manos”, agregó Crivello.
“Me parece un buen momento para que el estado nos tire un salvavidas con lo importante que somos los clubes de barrio, que nos de los medios para no cerrar.”
José Barrera.
“Es una pena que a los clubes de barrio les caiga la policía para que no tengan actividades y no hacen nada con los emprendimientos privados que siguen jugando.”
Andrés Crivello
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