Vóley - Mientras estudia el profesorado de Educación Física

Tomás Carballo le pone techo a la ilusión

“Hasta una Liga A2 me animo”, dice una de las figura del ascenso de Derqui a Segunda, que es ayudante de techista en la cuarentena. “Iba a estar muy lindo este año, nos quedamos con las ganas”, dice el punta de 22 años.

Por Walter Cricri 23 de junio de 2020 - 08:15

El ascenso de Presidente Derqui a Segunda de la Federación Metropolitana de Vóley tuvo en Tomás Carballo a una de las razones claves en la estructura que diseñó Ariel Verón.
El punta de 22 años, surgido de Muni Pilar y que fue parte de los años de Liga Nacional de Pilar Vóley en su formación, no se sube a la euforia pero se anima a soñar un poco en charla con La liga.
“Soy bastante realista. Tengo 22 años y toda mi vida jugué amateur. En un futuro, si me preparo bien podría jugar una Liga Nacional A2 para ver qué pasa”, señala el estudiante de educación física en el ISEF Nº1 (Romero Brest).
“No estoy en la euforia de decir que sí a todo. Trato de mantener los pies sobre la tierra”, aclara el joven que se dedica a ser ayudante de la profesión de techista de su papá.
Justamente, Tomy le pone su sello a la realidad personal en el Rojinegro: “Jugar en la Primera Metropolitana es el techo que me pongo. También quiero empezar a dedicarle tiempo a mi futura profesión.”
“Llegará el momento de no seguir jugando y dejarle el lugar a los chicos del semillero. Hay un montón de chicos con gran futuro”, apuntó.
Sin embargo, hay un rincón siempre para la ilusión. “Si el club empieza a subir, lo puedo acompañar hasta Primera. Hasta una Liga A2 me animo”, sentenció con la certeza de sus potentes saques que fueron marca registrada en el ascenso.
“Iba a estar muy lindo este año, nos quedamos con las ganas”, confió el punta sobre la suspensión de la temporada con apenas un partido disputado antes del asilamiento obligatorio.

Paciencia
“Pensábamos que iba a durar 15 días o un mes. Cada vez falta más y en ese sentido ya es como una resignación. Ya no se puede apuntar a un objetivo en este año”, aclaró Carballo.
“Estamos entrenando con Fernando Ocampos (PF) por Zoom, es una manera de mantenernos en ritmo, nos conectamos y charlamos, más que nada para que el grupo no pierda la unión y el pasarla bien”, describió.
“Pero de a poco nos vamos resignando. No sabemos cuándo vamos a volver y cuando volvamos no sabemos cómo vamos a estar”, agregó.
En cuanto a lo que depara el nivel de Segunda, Tomy afirmó: “Al equipo lo veo bien. Nos tenemos que adaptar, ya no hay partidos que se ganen fáciles y no te podés relajar en ningún partido”.
“Cuando volvamos tendremos que seguir entrenando para estar lo mejor posible. Nos va a ir bien, tenemos con qué. Soy optimista a la hora de competir”, concluyó Carballo. 


Desahogo 
El tercer juego con Banfield que decretó el ascenso, Carballo todavía lo siente fresco en la memoria. “Se me pone la piel de gallina de recordarlo”, graficó.
“Lo viví muy nervioso. No la pasé nada bien”, recuerda porque le tocó verlo a la distancia. “Fueron dos horas y media en las que me quedé sin uñas, pateaba todo, insulté. Cuando hace el punto Dany, fue un momento de felicidad plena y un desahogo”, aseguró.
 

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