Un árbitro pilarense sufrió una brutal golpiza mientras dirigía en un torneo amateur. Las agresiones, que duraron varios minutos, le provocaron lesiones severas.
Un árbitro pilarense sufrió una brutal golpiza mientras dirigía en un torneo amateur. Las agresiones, que duraron varios minutos, le provocaron lesiones severas.
Adrián Pace tiene una remisería, pero reparte su vida con una pasión: el fútbol. Desde hace 14 se dedica al arbitraje, y su carrera había transcurrido con tranquilidad hasta el sábado 29 de diciembre, cuando estaba dirigiendo un partido en un complejo deportivo ubicado en Del Viso.
A falta de un par de minutos para terminar el encuentro (que no había tenido sobresaltos), se desató la violencia. En diálogo con El Diario, relató: “Uno de los equipos iba ganando 2 a 1. Faltaba muy poco y cobré un tiro libre indirecto adentro del área, a favor de los que perdían. En ese momento, entró a la cancha un jugador del equipo ganar, que había sido reemplazado, para insultarme”.
El reclamo pasó en pocos segundos a la agresión física, y llamativamente varios integrantes del equipo que iba arriba en el marcador comenzaron a golpear a Pace. “Eran cuatro o cinco que me pegaban trompadas y patadas. Incluso me seguían pegando cuando caí al piso”. Incluso jugadores del equipo rival intentaban detener la agresión: “El arquero se me tiró encima para protegerme de los golpes, que no paraban”.
La golpiza recién se detuvo “cuando escucharon mis gritos desgarradores, ya que me habían desplazado completamente la rótula derecha, nunca había sentido un dolor así”, manifestó. Para ese entonces, ya habían cruzado jugadores y árbitros de una cancha contigua para tratar de frenar la locura.
Consecuencias
Producto de la agresión, además de la lesión en la rodilla sufrió un derrame en el ojo derecho y heridas en el tabique nasal. A una semana del hecho, aún conserva marcas en el cuerpo, como en la zona de la clavícula.
“Además –agregó-, el lugar no tenía ambulancia por lo que tardó unos 20 minutos en llegar”. Luego de recibir atenciones en el predio, “me fui por mi cuenta al médico. Recién el domingo a la madrugada llegué a hacer la denuncia”.
En este sentido, Pace denunció a diez jugadores del equipo agresor y al dueño del lugar. La ronda de declaraciones de denunciados y testigos comenzaría en unos días. “Fue muy feo que mis hijos me vieran llegar así a casa”, se lamentó, aunque no tiene pensando dejar el arbitraje.