En la tarde de hoy, desde la Asociación de Fútbol Argentino se confirmó un secreto a voces que venía tomando fuerza: la reestructuración de las categorías de ascenso, proyecto que hará jugar a Real Pilar en Primera C a partir de la temporada 2019-2020, más allá de cómo le vaya al equipo local en el próximo torneo.
La medida beneficia a los pilarenses y al resto de los equipos de la actual Primera D, como una especie de “derrame” futbolero, que comienza con la B Nacional, la segunda categoría en importancia del fútbol nacional.
En este sentido, en el próximo campeonato de la B Nacional no habrá descensos ni tabla de promedios, jugándose una sola rueda todos contra todos. El premio será dos ascensos a la Superliga: uno para el campeón y el restante para el ganador de un octogonal entre aquellos que terminen del segundo al noveno puesto.
Luego, para la temporada 2019-2020, la segunda división se partirá en dos zonas, entre equipos del interior y clubes metropolitanos. Aunque falta determinar cuántos equipos tendrá cada una, sí es una certeza que hará falta implementar una tanda de ascensos masivos desde la B Metropolitana y el Torneo Federal A para completar los cupos.
Arrastre
La necesidad de completar los cupos necesarios para que la B Nacional quede dividida en dos zonas, necesariamente provocará un efecto de arrastre a las categorías menores.
Por eso, como la B Metropolitana necesitará a su vez nuevos clubes, estos llegarán desde la actual Primera C, fusionándose ambas categorías.
En tanto, la actual Primera D (donde Real Pilar viene de jugar la primera temporada de su historia) pasará a ser la C, por lo ya no habrá en el fútbol argentino categorías totalmente amateurs.
La reestructuración del ascenso era uno de los anhelos perseguidos por Claudio Tapia al llegar a la presidencia de la AFA, decisión que se volverá realidad. Otro de los temas prioritarios era la eliminación de los promedios, algo que podría ir implementándose más temprano que tarde.