Estamos atravesando una intensa ola de calor y, por ende, mantenernos hidratados es clave. Las bebidas gaseosas no son las mejores opciones para consumir todos los días. La más aconsejada es el agua. Pero, ¿Qué pasa con la soda? ¿También hidrata?
La ola de calor está entre nosotros. Hidratarse adecuadamente es esencial para mantener la salud, pero ¿es lo mismo tomar agua que soda para hidratarse?
Estamos atravesando una intensa ola de calor y, por ende, mantenernos hidratados es clave. Las bebidas gaseosas no son las mejores opciones para consumir todos los días. La más aconsejada es el agua. Pero, ¿Qué pasa con la soda? ¿También hidrata?
SODA O AGUA: ¿QUÉ ES MÁS RECOMENDABLE ?
Cuando hablamos de soda nos referimos al agua con gas, que no es más que agua con ácido carbónico disuelto. Estos componentes son los responsables del ligero sabor amargo que tiene la bebida y de su efervescencia.
Ahora bien, la interrogante que a muchos se les plantea concluye en qué tan recomendable es reemplazar la bebida más saludable de todas, el agua, por este refresco gasificado. Aunque parezca sorprendente, la soda es igual de beneficiosa y saludable que el agua, e incluso hasta puede ser mejor.
La soda contiene una gran cantidad de minerales y es muy ventajosa para el organismo. Esta lo hidrata y su contenido de dióxido de carbono es expulsado más tarde por el propio cuerpo. Además, trae consigo los mismos nutrientes que el agua mineral: calcio, potasio y magnesio.
Pero los provechos del agua con gas no se agotan ahí. Uno de sus principales atributos es que es muy saciante, debido a la efervescencia, por lo que ayuda al control del peso.
Además, el agua sin gas es insípida, por lo que las personas que encuentran al agua insulsa y prefieren las gaseosas con azúcar, pueden optar por la soda, que tiene un mayor sabor debido a la carbonatación.
La sensación de frescura puede ser más pronunciada con la soda, proporcionando una alternativa refrescante, especialmente en climas cálidos. Por lo tanto, tanto el agua como la soda son opciones saludables de hidratación. La elección entre ambas depende de las preferencias individuales y de las circunstancias específicas, como el contexto social, las preferencias de sabor y la tolerancia a la efervescencia.
El agua y la soda son herramientas valiosas para mantener una hidratación adecuada. Pero más allá de sus características, lo destacable es ingerir la cantidad suficiente de líquido.
La cantidad recomendada de soda o agua en general puede variar según factores individuales como la edad, el peso, lactancia, el nivel de actividad física y las condiciones climáticas. Sin embargo, una recomendación general es seguir las pautas establecidas por la Organización Mundial de la Salud en donde se sugiere consumir entre 1,5 y 2 litros por día.
La clave es mantener un equilibrio y asegurarse de estar bien hidratado a lo largo del día, ajustando la ingesta de líquidos según las necesidades individuales y circunstancias.
Hidratarse adecuadamente es esencial para mantener la salud, pero a veces se cometen errores que pueden afectar negativamente la hidratación. Por eso aquí te señalamos algunos de los principales errores a evitar:
- No considerar la pérdida de líquidos en condiciones climáticas específicas: En climas calurosos como el que se presentará esta semana, con temperaturas extremas, se pierden más líquidos a través del sudor. No ajustar la ingesta de agua en estas situaciones puede llevar a la deshidratación.
- No beber suficiente agua: El error más común es simplemente no consumir la cantidad adecuada de agua. Ignorar la sed y no beber lo suficiente puede llevar a la deshidratación, lo cual puede afectar negativamente la salud y el rendimiento.
- Depender demasiado de bebidas con cafeína o alcohol: Bebidas con cafeína (como café, té o gaseosas procesadas) y alcohol pueden tener un efecto diurético, lo que significa que aumentan la producción de orina y pueden contribuir a la pérdida de líquidos. Si dependes en exceso de estas bebidas, podrías necesitar compensar consumiendo más agua.
- No ajustarse a las necesidades individuales: Las necesidades de hidratación varían según factores individuales como la edad, peso, nivel de actividad física, clima y salud en general. No ajustarse a estas necesidades puede resultar en una hidratación inadecuada.
- Olvidar la hidratación durante el ejercicio: Muchas personas no beben suficiente agua antes, durante y después del ejercicio. La deshidratación durante la actividad física puede afectar el rendimiento y la recuperación.
- No considerar la pérdida de líquidos en condiciones climáticas específicas: En climas calurosos o durante actividades intensas, se pierden más líquidos a través del sudor. No ajustar la ingesta de agua en estas situaciones puede llevar a la deshidratación.
- No prestar atención a las señales del cuerpo: Ignorar la sed o no prestar atención a las señales del cuerpo que indican la necesidad de líquidos puede llevar a la deshidratación. La sed es un indicador confiable de que el cuerpo necesita agua.
- Consumir bebidas con demasiadas calorías y azúcares: Bebidas con alto contenido de azúcares y calorías, como gaseosas y jugos, pueden contribuir al exceso de calorías y problemas de salud. Optar por agua y sodas es una opción más saludable.
Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud para obtener orientación personalizada” finaliza.