En algún momento, los aventureros del mundo del sabor descubrieron algunos sabores de helados muy extravagantes. Descubrí algunos de ellos en la esta nota.
Los helados son un postre delicioso y refrescante que se ha convertido en uno de los favoritos de muchas personas en todo el mundo y los argentinos no somos la excepción, consumimos siete kilos de helado per cápita al año, según la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA), una cifra que coloca al país entre los principales fanáticos de este postre.
Los sabores los más elegidos son los más clásico, pero en el mundo heladero la oferta es tan variada que cada día surgen nuevas y extrañas propuestas. La experimentación con sabores atípicos para convertirlos en cremas heladas no tiene límites. En cada rincón del planeta existen productores dispuestos a reversionar comidas, bebidas, golosinas y hasta snacks para transformarlos en una propuesta novedosa que capte la atención de los clientes y pueda impactar en las redes sociales, medio en el que este tipo de creaciones extrañas garantiza unos cuántos seguidores.
A continuación, encontrarás una selección de los helados más extravagantes, del mundo.
Cocinar sin ajo es casi una blasfemia. Los sabores aromáticos de esta hortaliza combinan maravillosamente con casi cualquier comida, excepto en los postres… o eso pensábamos.
Aparentemente, el helado de ajo es muy popular en algunos lugares. Se sirve en festivales gastronómicos como el “Garlic Festival” de Gilroy, en Estados Unidos, así como en heladerías y puestos de todo el país.
Una tienda en Minneapolis está llevando este sabor al siguiente nivel. La tienda, Sebastian Joe’s sorprendió a internet con su helado de ajo asado y chips de almendra.
Aunque algunos puedan encontrar el sabor del helado de ajo demasiado fuerte, se han creado versiones más sutiles empleando ajo negro en lugar de ajo tradicional.
La heladería pop-up vegana Sassi Ice Cream se puede encontrar en varios festivales y eventos por toda Adelaida, en Australia. El equipo de Sassi ha adquirido fama por su singular oferta vegana y es conocido por recrear recetas tradicionales de Oriente Medio. Los helados pretenden evocar la sensación de pasear por un embriagador bazar de Oriente Medio. Entre todas las combinaciones cremosas, de ensueño y ricamente especiadas, el remolino de salvia y granadaes especialmente popular.
La simpática heladería y tienda de dulces Mary's Milk Bar de Edimburgo, en Escocia, es muy apreciada por sus deliciosos helados, que van de lo tradicional a lo verdaderamente innovador. Cada helado se hace a mano esa misma mañana, y los sabores no solo cambian según la estación, sino según el día. Aquí siempre hay algo interesante, desde queso de cabra e higo hasta pimentón ahumado o el de mango con comino dulce y fragante.
Tapi Tapi, de Ciudad del Cabo, revoluciona los sabores tradicionales del helado. Idea de Tapiwa Guzha, que llegó a la ciudad como estudiante procedente de Zimbabue, esta heladería es nada menos que espectacular, con creaciones que reflejan la herencia culinaria africana e incorporan ingredientes únicos. Entre la variedad de sabores complejos, encontrarás opciones como arcilla y galletas comestibles, y humo de imphepho (una planta sudafricana parecida a la salvia) y té rooibos.
En la heladería Icekraft de Mumbai, en India, ofrecen uno de los sabores de helado más raros del mundo, el de carbón. Para su elaboración se utiliza cáscara de coco quemada, que le otorga una apariencia muy similar a la del carbón. La presentación fue un boom en redes sociales y rápidamente recorrió el mundo.
En Los Ángeles, Estados Unidos, la heladería Little Damage, los sirve en conos de gofre negros, hechos con carbón activado para conseguir un efecto llamativo.
Cuando llega el verano, Max and Mina’s, la heladería de Flushing en Nueva York, empieza a producir helados de maíz. Pero no se conforman con un simple sabor a mazorca de maíz. En esta heladería, ponen maíz en el helado de todas las formas posibles. Hay maíz con caramelo salado, maíz en escabeche y maíz con chile y lima. También añaden maíz a otros sabores como al de galleta y a pastel de arándanos, además de mezclarlo con dátiles, higos, marañones y mantequilla de maní. La gente afirma que el sabor es “alucinante”, pero aún no estamos convencidos. Dependerá de cuánto azúcar le hayan añadido.
Esta heladería de Nueva Orleans es más que aventurera, es completamente atrevida. Creole Creamery ofrece una variedad de sabores inusuales, incluyendo helado de tomate.
Al parecer, es un favorito de verano. No es su única creación extravagante. Su menú actual incluye sabores como queso crema criollo, pino del bosque y frijol azuki.
Es difícil asociar el helado con salsa de tomate, albahaca, orégano, sal y ajo y muzarella, sin embargo, Filadelfia apostaron por el sabor pizza. La invención es obra de Little Baby's Ice Cream, donde se caracterizan por sus innovadoras -y extrañas- propuestas. Cada temporada lanzan nuevas opciones, como el helado de pochoclos o el de curry de calabaza.
El helado con sabor a pizza es un postre muy extraño, pero innegablemente rico y cremoso.
No, no estamos bromeando. La comida japonesa es deliciosa, aunque puede que no siempre sea para quienes prefieren lo convencional.
En Tokio, en una tienda llamada Ice Cream City, un sabor llamado basashi vanilla se convirtió en un favorito local. El helado de vainilla incluye trozos de sashimi de carne de caballo.
Aparentemente, es muy sabrosa y dulce. Por el lado positivo, la carne es magra, así que, si estás a dieta, es prácticamente sin culpa (dependiendo de tus sentimientos hacia los caballos).
Windy Brow Farms ha tomado un clásico de Nueva Jersey (el jamón Taylor) y lo ha incorporado a una golosina dulce. El cerdo procesado, mezclado con canela y azúcar, añade un toque salado al dulce helado de arce. Este sabor inspirado en el brunch ha sido un éxito de público desde que la granja lo lanzó como parte de su gama Only in Jersey, que originalmente también incluía maíz dulce y pastel de miel y tomate. HELADO DE KETCHUP
Parece que hoy en día hay una versión con sabor a kétchup para casi todo. El helado es simplemente la última víctima. Parece que esto es principalmente una tendencia en el Reino Unido. El Ice Cream Project con sede en Londres creó este extravagante sabor de helado para “elevar los sabores cotidianos” (según el New York Post). También crearon helado de Quaker Oats y helado de guisantes de Heinz. Les damos crédito por su esfuerzo.
A pesar de su nombre, Ben & Bill's Chocolate Emporium es más famoso por su helado de langosta. Sí, este lugar lleva desde 1988 sirviendo bochas salpicadas de una de las delicias marinas más adoradas de Nueva Inglaterra. Además de la delicia que son los trozos de langosta en helado infusionado con mantequilla, también realizan otros con el chicle, la cerveza de raíz o la gama de sabores de café.
La cocina filipina se caracteriza por su maestría en las combinaciones dulces y saladas, y la heladería artesana Sebastian's Ice Cream, de Manila, vende algunas de las mezclas más singulares. Eso incluye ube y queso (una mezcla de ñame morado y queso) y el sabor realmente inusual de camporado y dilis. Es un helado de pudin de chocolate cubierto con anchoas confitadas, saladas y crujientes.
A estas alturas, hemos puesto Cheetos en casi todo. Pero nada se compara con el “Cheat-Ohs” de Big Gay Ice Cream en su helado suave.
Big Gay Ice Cream comenzó a vender helados desde uno de los camiones tradicionales que recorren Estados Unidos ofreciendo comestibles. Luego de anclar su propuesta en un local en la ciudad de Nueva York y cosechar una muy buena fama, dieron rienda suelta a su creatividad y lanzaron el helado con cobertura de un snack que por esas latitudes se denomina Cheeto, mientras que en Argentina se lo conoce como el chizito.
Es un helado con sabor a queso que está infusionado con queso deshidratado y luego cubierto con Chizitos triturados. ¿Es dulce? ¿Salado? ¿Cremoso? ¿Los tres?
Convertido en un clásico de culto en Alemania, el spaghetti eis se inventó a finales de la década de los sesenta. Este novedoso helado, que imita un plato de pasta, fue idea del hijo de un inmigrante italiano que regentaba una heladería en Mannheim, y consiste en hilos de helado de vainilla que nadan en una salsa de fresas de color rojo brillante (un guiño a la salsa de pasta con tomate), coronada con virutas de chocolate blanco (que pretenden parecerse al parmesano).