El argentino Emiliano Grillo ganó el torneo de golf Charles Schwab Challenge ( Estados Unidos). Es su segundo triunfo dentro de la ronda del prestigioso PGA Tour. El jugador de 30 años pudo hacer birdie en el segundo hoyo de desempate y gritó campeón embolsando la suculenta cifra de 1.566.000 de dólares en efectivo y las crónicas periodísticas ya lo comparan con el gran maestro argentino Roberto De Vicenzo, quien ganó este mismo torneo de Texas en 1957.
Sin embargo, Emiliano Grillo se convirtió en un nuevo ídolo para los amantes de los motores por el premio sobre ruedas que se llevó a su casa: una Ford Bronco (1973) restomod. Se trata de la Bronco más exclusiva del mundo, ya que se fabricó sólo un ejemplar, para convertirse en el trofeo de este torneo de golf.
Charles Schwab fue un magnate del acero en Estados Unidos y la empresa que hoy lleva su nombre es la organizadora de este torneo en Texas. A diferencia de otros campeonatos de golf, que cuentan con empresas automotrices como sponsors, el Charles Schwab Challenge es el único del mundo que fabrica un auto especial para entregarle al ganador de cada año. En ediciones anteriores ya se entregaron restomods realizados sobre la base de Pontiac Firebird (1979), Dodge Power Wagon (1946) y Dodge Challenge (1973).
Uno de los tantos detalles exclusivos de estos autos es que no llevan el emblema original de la automotriz que lo fabricó. Por ejemplo, en el caso de la Bronco, los logos de Ford fueron cambiados por los de “Schwab”, para resaltar el carácter one-off del premio de Emiliano Grillo.
EL GOLFISTA QUE PULIÓ SU JUEGO EN PILAR, se hizo acreedor de una Schwab Bronco, un vehículo derivado del icónico Ford Bronco, en este caso modelo 1973 (que fue el año de la fundación de la Charles Schwab & Co.). Se trata de un vehículo que fue desarmado y restaurado en su totalidad, con la incorporación de tecnología actual que mejora notablemente sus prestaciones y cumples con las normativas de seguridad y de conducción de estos tiempos.
El equipo que se encargó de la restauración es Classic Ford Broncos de Powell, de Ohio. Este Schwab Bronco se desarmó pieza por pieza. Algunas de ellas fueron restauradas y otras reemplazadas. Cuenta con un poderoso motor Ford Coyote Gen 3 de 5 mil centímetros cúbicos y con 465 caballos de fuerza, al que se le agregó una caja automática de 10 marchas. Tracción en las cuatro ruedas y neumáticos todo terreno de primer nivel.
El interior también fue totalmente restaurado y el tapizado de los asientos cuenta con un detalle particular: parte del mismo cuenta con la misma tela con la que se confecciona el saco del campeón.
Una Ford Bronco de ese año cuesta en Estados Unidos unos 150 mil dólares. Pero esta edición especial tiene un valor muy por encima de ese precio.
¿CÓMO INGRESARÁ EMILIANO GRILLO LOS PREMIOS A LA ARGENTINA?
La normativa impositiva de nuestro país obliga a que las ganancias obtenidas en efectivo pueden ser administradas de dos maneras posibles. Si Grillo decide mantener los 1.56 millones de dólares fuera del país deberá declarar ante la AFIP la cuenta en el exterior donde vaya a depositar el dinero. En el caso de que decida ingresar a la Argentina, los dólares se convertirán a pesos con el tipo de cambio oficial del Banco Central y tributará.
La situación del auto es diferente. En la Argentina, los autos 0km sólo pueden ser importados por representantes oficiales de la marca o por cuerpos diplomáticos. Sin embargo, la Schwab Bronco -por más que luzca impecable en las imágenes- no es un auto nuevo. Es un vehículo usado. Y, por tratarse de un ejemplar de 1973, Emiliano Grillo podría ingresarlo al país siguiendo los pasos de la normativa de importación de autos clásicos, reformada recientemente.
La otra opción es seguir el camino que, en su momento, completaron Juan Manuel Fangio y Gabriela Sabatini. Los dos ídolos y campeones argentinos ingresaron en su momento sus famosos Mercedes-Benz 300 SL y Porsche 944 Cabrio bajo la figura de “trofeo deportivo”, sin pagar mayores impuestos.
En el caso de Fangio, el Mercedes-Benz quedó en manos de sus hijos no reconocidos en vida, quienes lo vendieron al coleccionista argentino Alfonso Rey. Con respecto al Porsche de Gaby, se lo regaló a su hermano Osvaldo.