El 27 de septiembre de 1993, en la ciudad de Avellaneda (provincia de Buenos Aires), un escape de gas cianhídrico ocasionó una tragedia. A raíz de este incidente se sancionó en 1995 la Ley 24.605, que declara el 27 de septiembre como “Día Nacional de la Conciencia Ambiental”. Todos los años, en esta fecha, y en memoria de las personas fallecidas como consecuencia de aquel hecho, se recuerdan en los establecimientos educativos primarios y secundarios los derechos y deberes constitucionales relacionados con el medio ambiente.
En aquella jornada, en horas del mediodía, Manuel Guim y su esposa María Ángela llamaron su hijo Horacio porque se estaban empezando a sentir mal. Horacio llegó junto a su esposa, Rosa Scala, y un servicio de emergencias médicas compuesto por la doctora Bibiana Otero de Turcutto, el enfermero Orlando Cáceres y el camillero Roberto Voytezko.
Murieron, todos, los 7, en pocos minutos. Habían inhalado un compuesto letal que emergía de la rejilla de la casa de la familia Guim.
Particulares o empresas habían vertido, de modo irresponsable, componentes químicos que resultaron fatales.
El ácido sulfúrico y sales de cianuro se combinaron para formar ácido cianhídrico que se filtró en forma de gas hacia la superficie. Este gas, también llamado cianuro de hidrógeno, es un veneno muy potente y fue el responsable de la masacre ambiental en Avellaneda
Un transportista y el dueño del depósito donde se arrojaron ácidos fueron procesados por el juez Guillermo Roberts, de Lomas de Zamora, por contaminación seguida de muerte. Y 2 empresarios fueron procesados por contaminación, por verter cianuro a las cañerías.
Fue la 1ra. vez que se aplicó la Ley 24.051 de Residuos Peligrosos.
Sin embargo, y pese a los 7 asesinatos ambientales, ninguna de esas denuncias judiciales prosperó, entre sobreseimientos y causas prescriptas.
La efeméride invita a reflexionar en torno de nuestras actitudes frente al ambiente y los sitios naturales, constituyéndose en una oportunidad excelente para emprender acciones en pos de la conservación del ambiente y los recursos naturales.
La conciencia ambiental es una filosofía de vida que se preocupa por el medioambiente. (es.pngtree.com)..jpg
La conciencia ambiental es una filosofía de vida que se preocupa por el medioambiente. (es.pngtree.com).
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la "conciencia ambiental es una filosofía de vida que se preocupa por el medioambiente y lo protege con el fin de conservarlo y de garantizar su equilibrio presente y futuro".
La Organización Mundial de la Salud, ya en 2016 había revelado que las enfermedades, no transmisibles, como los accidentes cerebrovasculares, los cánceres y las neuropatías crónicas, constituyen casi las dos terceras partes del total de muertes en el mundo y éstas son debidas a la insalubridad, consecuencia del gestionamiento deficitario del ambiente.
Frente a esta situación, los países del mundo han pactado normas internacionales, a saber:
- La Declaración de Estocolmo, la cual resalta la importancia de velar por la conservación, en beneficio de generaciones presentes y futuras;
- La Declaración de Río, la cual contempla acciones en lo social, económico, político, científico, legal, para el desarrollo de los Estados sin comprometer el medio ambiente de otras fronteras;
- La Convención de Viena y el Protocolo de Montreal para la protección de la capa de ozono,
- El Protocolo de Kioto, sobre la eliminación de los gases de efecto invernadero;
- La Agenda 21, compromiso político mundial para el desarrollo sostenible;
- La Convención de Johannesburgo, la cual incorpora a la noción de medio ambiente y desarrollo humano sostenible los conceptos de Pobreza, desarrollo territorial, vivienda digna y servicios públicos; entre otros acuerdos regionales.
La contaminación general de agua, aire y suelo afecta a todos los ecosistemas del mundo, trayendo como consecuencia su deterioro y su posterior destrucción, afectando directamente a los seres humanos, sus formas de vida y la manera en que desarrollan sus actividades económicas, sociales, políticas y culturales.
La generación de conciencia ambiental se impone con urgencia y emergencia, ante los sucesos mundiales trágicos, de pérdidas humanas y materiales, de transformaciones telúricas por fuego, erupciones e inundaciones, las noticias cotidianas, que lamentablemente tendemos a naturalizar, sin caer en la cuenta de que no es algo que les pasa a los otros, allá lejos, allende los océanos, sino a nosotros, hoy, aquí, y tocando a nuestra puerta.
Es importante ser consciente de que uno de los aspectos que más deteriora la naturaleza es el hombre. Por eso, la educación ambiental constituye un pilar fundamental para que se fomenten procesos de mayor demanda e intervención de las poblaciones en los procesos de compromiso ambiental, que contribuyan a la generación de políticas de desarrollo que tengan incidencia local.
¡UNA EFEMÉRIDE PARA LA REFLEXIÓN Y LA ACCIÓN!