Cada 22 de abril, el mundo se une para celebrar el Día Mundial de la Tierra, una celebración que trasciende fronteras y culturas, recordándonos la importancia vital de preservar nuestro planeta y sus recursos para las generaciones venideras.
Bajo la consigna “Nuestro poder, nuestro planeta”, la conmemoración de este año del Día Mundial de la Tierra pone el foco en energías limpias. Detalles.
Cada 22 de abril, el mundo se une para celebrar el Día Mundial de la Tierra, una celebración que trasciende fronteras y culturas, recordándonos la importancia vital de preservar nuestro planeta y sus recursos para las generaciones venideras.
Y en 2025, se conmemora su efeméride número 55. El lema de esta edición es “Nuestro poder, nuestro planeta”, promoviendo el uso de energía renovable y la necesidad de triplicar la generación de energía renovable a nivel mundial para 2030, contribuyendo a mitigar la pobreza energética que afecta a más de 3.800 millones de personas en el mundo.
La energía renovable, que se obtiene de fuentes naturales como el sol, el viento y el agua, es clave para reducir los impactos negativos de los combustibles fósiles en el planeta. Al no generar emisiones contaminantes, las fuentes de energía renovable ayudan a proteger la salud de las personas.
¿CUÁL ES SU ORIGEN DEL DÍA MUNDIAL DE LA TIERRA?
Este Día Mundial fue oficialmente proclamado por la Organización de las Naciones Unidas( ONU) en 2009, pero se celebra desde 1970, cuando el senador por el Partido Demócrata de EEUU y activista ambiental Gaylord Nelson movilizó a miles en una manifestación histórica en los Estados Unidos.
Además, el éxito de la manifestación contribuyó a que la administración americana creara la Agencia para la protección del medio ambiente, una agencia estatal entre cuyos objetivos están la conservación de las especies en peligro de extinción, la contribución a la potabilización del agua y la limpieza del aire.
LAS MAYORES PREOCUPACIONES MEDIOAMBIENTALES EN 2025
Una de las principales inquietudes acerca del planeta en la actualidad se encuentran asociadas al calentamiento global. El 2024 fue catalogado como el año más caluroso de la historia, con una temperatura media mundial 0,12 °C superior a la de 2023. Las emisiones de gases de efecto invernadero producen que el calor se concentre en la Tierra. La quema de combustibles fósiles es una de las actividades que más afectan a este proceso.
A su vez, la pérdida de biodiversidad experimentada en los últimos 50 años es otra de las preocupaciones mundiales. Un informe realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF en inglés) hecho en 2020 reveló que las poblaciones de mamíferos, peces, aves, reptiles y anfibios experimentó una disminución promedio del 68 % entre 1970 y 2016.
Otro de los problemas que atentan contra el medio ambiente es la contaminación plástica, producida por la industrialización. En 2024, se han fabricado más de 400 millones de toneladas de plástico a nivel mundial, según datos que ofreció la ONU. De esta cifra, menos del 10% pasó por un proceso de reciclaje.
En tanto, una de las preocupaciones más alarmantes es el desperdicio de alimentos, que para el año 2024 fue de 1.000 millones de toneladas. Se trata de productos desechados que han sido aptos para el consumo, lo que refiere a la cantidad suficiente para alimentar a 3.000 millones de personas.
Por último, la deforestación atenta en gran medida a las personas, la biodiversidad y reservas naturales. Se estima que cada hora se talan bosques del tamaño de 300 canchas de fútbol. Asimismo, se cree que para 2030 podrían sobrevivir tan solo el 10% de estos espacios naturales, lo que imposibilita la correcta absorción del CO de la atmósfera.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Este Día Mundial de la Tierra s una invitación a honrar con profundo agradecimiento a nuestro planeta y a todos los ecosistemas que habitan en ella. Además, es un llamado urgente a reflexionar sobre cómo hemos alterado sus equilibrios y cómo podemos ser agentes de cambio para lograr un desarrollo regenerativo. Esto no debe quedar solo en la reflexión, sino también en la acción.
El espíritu de esta fecha no solo apunta a políticas globales, sino también a cambios individuales y colectivos. La Tierra es un sistema vivo del cual dependemos, y reconocer eso implica asumir responsabilidades. En este22 de abril, el mensaje es tan simple como profundo: no hay planeta B.