El invierno tan cercano no es solo el momento más frío del año sino, también, el más comprometido para nuestras plantas. Una razón de peso para que sepamos cómo proteger el jardín de las heladas si queremos que nuestra naturaleza cumpla en los meses invernales con su función: permanecer en estado vegetativo para que despierte la próxima primavera.
Además, no podemos obviar que conforme a lo anunciado este invierno será más frío que el anterior en la provincia de Buenos Aires y llegará con temperaturas que podrían ser inferiores a lo normal, de acuerdo a los datos del último reporte trimestral del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
De la misma manera que con la llegada del calor nos tomamos tiempo en proteger el jardín de las plagas, tendremos que hacerlo concienzudamente en lo que respecta al frío.
Para que esto se cumpla, es fundamental que tomemos ciertas precauciones durante los meses de otoño. Unas que pasan, sobre todo, por planificar cómo proteger el jardín y de qué podemos valernos para hacerlo, haciendo especial hincapié en aquellas plantas o cultivos que más necesitan nuestra colaboración para sobrevivir a las bajas temperaturas.
Una forma de garantizarnos que todos los habitantes vegetales de nuestro jardín sobrevivirán al invierno. Aquí te ofrecemos tres estrategias efectivas para cuidar tus plantas durante los meses más fríos.
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Cuando nos planteamos cómo proteger el jardín del frío, una de las maneras más sencillas es utilizar mallas de hibernación. Unas mantas realizadas habitualmente en polipropileno, que no solo mantendrán las plantas a salvo de las heladas, sino que, sobre todo, tienen una función fundamental: permitir el paso del aire y del agua.
Pero la mayor ventaja de estas mallas y fundas de hibernación no es únicamente esa permeabilidad, sino también que son maleables y adaptables para casi cualquier árbol, arbusto o planta que queramos recubrir.
Es importante entender que, además, el hecho de colocar las mallas de hibernación ayudará a que la planta mantenga el calor sobre todo durante las noches. Sin embargo y a pesar de esto, es importante retirarlas si en la zona en la que vivimos nos encontramos con días soleados durante el invierno.
De ser así, tendremos que permitir que la planta esté expuesta durante el día a la luz natural y evitar además la asfixia que puede provocarles esta exposición bajo la malla. Lo único, tendremos que recordar volver a colocarlas antes de caer la noche, para que colaboren en mantener el calor del suelo antes de que comience la bajada de temperaturas propia de las tardes.
Por último, un consejo: para fijar estas mallas de hibernación tendremos que utilizar estacas o, en caso de que queramos cubrir jardineras, con túneles de huerto.
Para plantas de menor tamaño, una opción perfecta son las fundas térmicas ajustables. Gracias a su cierre de velcro, serán la opción perfecta para arbustos de pequeño tamaño y plantas abusivas, como la buganvilla.
Las mallas de hibernación permiten el paso del aire. (Verdecora)..png
Las mallas de hibernación permiten el paso del aire. (Verdecora).
Cuando hablamos de cómo proteger el jardín del frío hablamos, sobre todo, de las plantas que tenemos plantadas en él. Sin embargo, hay otras a las que tenemos que prestarles especial atención.
Hablamos de las plantas en macetas, aquellas que podemos tener decorando el exterior de nuestra casa y que también tendremos que proteger de las inclemencias del invierno.
Para ellas, lo ideal es que o bien las retiremos en un lugar en el que estén protegidas o, de no
Quitémonos de la cabeza la idea tradicional que tenemos: en contra de lo que se cree, podemos contar con invernaderos de pequeño formato o verticales, como los que se usan para terrazas, o bien otros de carácter desmontable y de mayor tamaño, que nos ayudarán a mantener a salvo árboles de gran tamaño que tengamos plantados en maceta.
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Un invernadero es fundamental. (Verdecora).
- EL CÉSPED TAMBIÉN NECESITA PROTECCIÓN
Y en nuestra planificación de cómo proteger el jardín del frío, no podemos olvidar uno de los protagonistas de este espacio que, sin embargo, solemos dejar de lado cuando llega el invierno: el césped.
Es cierto que, en líneas generales, es resistente al frío y no se resiente especialmente cuando el termómetro comienza a bajar. Sin embargo, tenemos que contemplar que no todo el césped se encuentra con la misma fortaleza cuando llega el invierno; sino que, en muchas ocasiones, habremos realizado labores de resiembra. Es precisamente a este nuevo cultivo al que tenemos que proteger de las heladas, ya que el frío podría arruinar su progreso.
Para evitarlo, lo ideal es usar una manta de crecimiento que permitirá que el césped resembrado siga su curso natural sin más inconvenientes.
¡MANOS A LA TIERRA!