Viajar es una experiencia que nos aporta una innumerable cantidad de beneficios. Nos permite conocer nuevas culturas, desconectar de nuestro día a día y contemplar paisajes inolvidables. Pero, ¿Cómo repercute en el planeta?
Viajar es una experiencia que nos aporta una innumerable cantidad de beneficios. Nos permite conocer nuevas culturas, desconectar de nuestro día a día y contemplar paisajes inolvidables. Pero, ¿Cómo repercute en el planeta?
Turismo responsable, turismo sostenible, ecoturismo… Son conceptos que seguro que ya te suenan pero en los que tal vez no has profundizado. Pero no te preocupes, te contamos algunos consejos para poner en práctica el turismo responsable.
Para hablar de acciones que pongan en práctica el turismo responsable, primero debemos tener claro en qué consiste. A pesar de que muchos consideran que el turismo responsable es sinónimo de turismo sostenible, la verdad es que no son lo mismo, aunque sí tienen relación.
El turismo responsable consiste en aquellas actividades que, además de ser respetuosas con el ambiente, buscan educar a los participantes acerca de las tareas que se realizan para proteger los ecosistemas de la localidad visitada, su patrimonio y costumbres. Por lo tanto, el viaje suele ser muy participativo con los miembros de la cultura de la que se trate.
Por su parte, el turismo sostenible es aquel que se hace pensando en las consecuencias que esta actividad económica puede generarle al ambiente. En este tipo de turismo también participan las empresas del sector (como hoteles, aerolíneas o complejos) que adoptan al turismo sostenible en su política y, además, inculcan valores de sostenibilidad en sus empleados.
De esta manera, el turismo responsable está estrechamente relacionado con el sostenible, debido a que los visitantes de una localidad viajan hasta ella para aprender acerca de su sostenibilidad, haciéndolo de forma responsable. Aunque están claras las consecuencias del turismo en el ambiente, los turistas que practican estos tipos de actividades al viajar, colaboran en la reducción de dichos efectos a lo largo de su estadía.
El turismo responsable busca contribuir al mantenimiento y la protección de los bienes patrimoniales, culturales y naturales de los destinos. Eso con el objetivo final de promover el desarrollo sostenible y contribuir a potenciar la economía local mediante la creación de empleo y el consumo de productos locales.
Este tipo de turismo se basa en la creación de colaboraciones entre las diferentes partes implicadas, incluyendo la comunidad local como receptora del turismo. Dichas colaboraciones permiten crear asociaciones que potencien la creación de modelos turísticos basados en principios de sostenibilidad y responsabilidad.
El mercado de este turismo está ganando cada vez más seguidores ya que, como turista responsable, la experiencia de conocer y visitar nuevas zonas suele ser más enriquecedora al producirse una inmersión total en el lugar destino. Esto se consigue gracias a la implicación de las diferentes partes que colaboran entre sí para conseguir que durante el viaje se conozca realmente su zona y cultura.
A continuación, se presentan algunos de los impactos más comunes del turismo en el ambiente y cómo se pueden desarrollar formas de turismo más responsables:
. Degradación de ecosistemas: la construcción de infraestructuras turísticas y el aumento de la visitación pueden causar daños a los ecosistemas naturales, como la destrucción de hábitats y la alteración de paisajes.
. Contaminación: el turismo puede generar una gran cantidad de residuos, incluyendo desechos plásticos, basura y aguas residuales, que pueden contaminar suelos, agua y aire.
. Consumo de recursos naturales: el uso excesivo de agua, energía y otros recursos naturales para satisfacer las necesidades de los turistas y la infraestructura turística puede agotar estos recursos locales.
. Pérdida de biodiversidad: el turismo mal gestionado puede contribuir a la degradación de la biodiversidad al perturbar los ecosistemas y la vida silvestre.
. Cambio climático: los desplazamientos de turistas a menudo implican emisiones significativas de gases de efecto invernadero debido a los vuelos, el transporte terrestre y la energía utilizada en las instalaciones turísticas.
1.Turismo sostenible: se busca reducir los impactos ambientales del turismo a través de prácticas de gestión y diseño responsables, como construir infraestructuras amigables con el entorno y limitar el número de visitantes.
2. Turismo de bajo impacto: fomenta la visita a destinos que tienen la capacidad de manejar un turismo más limitado y controlado, evitando la saturación y la degradación de los lugares.
3. Ecoturismo: se centra en experiencias turísticas que respetan y valoran los ecosistemas naturales y culturales locales, promoviendo la conservación y la educación ambiental.
4. Turismo comunitario: involucra a las comunidades locales en la gestión del turismo y les permite beneficiarse económicamente de manera directa, al tiempo que promueve la conservación de la cultura y el entorno.
5. Transporte sostenible: fomenta el uso de medios de transporte más eficientes en términos de emisiones, como el transporte público, bicicletas y caminatas.
6. Educación y sensibilización: los visitantes pueden aprender sobre la importancia de la conservación ambiental y cultural y cómo pueden contribuir a través de prácticas responsables.
7. Políticas y regulaciones: los gobiernos y las autoridades locales pueden establecer regulaciones para controlar la construcción y el desarrollo turístico, y establecer límites en la visitación.
8. Certificaciones y sellos ecológicos: los establecimientos turísticos pueden obtener certificaciones que demuestren su compromiso con prácticas sostenibles y responsables.
8. Gestión de residuos: se deben implementar sistemas de reciclaje y gestión adecuada de residuos para minimizar la contaminación.
10. Involucramiento local: consultar y trabajar en conjunto con las comunidades locales para asegurarse de que el turismo beneficie tanto a los visitantes como a las personas que viven en el destino.
Por lo tanto, la colaboración entre gobiernos, empresas turísticas, comunidades locales y turistas es esencial para lograr un equilibrio que permita disfrutar de los destinos turísticos sin poner en peligro su integridad a largo plazo.