Después del éxito es muy difícil gestionar. Cuando se consigue la gloria, los días y mes posteriores son de una incertidumbre total luego de haber alcanzado lo máximo. Eso le ocurrió a River Plate después del largo y majestuoso ciclo de Marcelo Gallardo a cargo del primer equipo.
La llegada de Martin Demichelis borró por un instante aquel ciclo cargado de momentos felices. El nuevo técnico de River gestiona, trabaja y toma decisiones acordes a los momentos y los diferentes estados de este ciclo.
El Micho se adaptó muy rápido y de manera simple al mundo River, ya lo conocía de su época como futbolista de la banda. La carga emocional y la presión por ser el reemplazante del técnico más ganador de la historia del club no se observó en estos meses.
Martín Demichelis se forjó como entrenador en el viejo continente, más precisamente bajo la estructura, el orden y el respeto de la Bundelisga. En estos pocos meses de trabajo logró darle su impronta a este renovado River.
Eligió jugadores que demuestran estar a la altura de las circunstancias. Tiene mano para ir modificando nombres y esquemas depende los momentos y las diferentes actualidades de jugadores y rivales. Ya demostró, en poco tiempo, ser un técnico serio. Con todo lo que esto conlleva.
Hoy, su equipo, es líder absoluto de la liga argentina y todo hace suponer que será el próximo campeón en el fútbol nuestro de cada día.
La diferencia que logró conseguir el Millonario es abismal desde el juego y en la tabla de posiciones. Boca y Racing lo miran desde abajo si chances de darle pelea.
La victoria en el clásico esfumó cualquier duda después de la derrota en Brasil. River tiene todo para ser campeón, esta en el camino correcto, depende de River y nadie más.