Resiliencia San Fernando se incendió en febrero de 2022. Los internos estaban encerrados y bajo el efecto de tranquilizantes. Hay seis acusados por homicidio, estafa y reducción a la servidumbre.
ASÍ QUEDÓ. El frente del edificio donde se produjo el devastador incendio.
Seis acusados irán a juicio oral por el homicidio de cuatro personas durante un incendio producido en 2022 en un centro de rehabilitación de adicciones de La Lonja, donde los internos permanecían en condiciones infrahumanas y eran obligados a trabajar.
El juicio se desarrollará entre el 21 de octubre y el 1º de noviembre. Serán enjuiciados Alan Emmanuel Cambra Sarife, director de la residencia donde se produjo el hecho, Eliana Marilin Wawrik, Alejandro Merenzón y Alejandra Machado por los delitos de homicidio simple, reducción a la servidumbre, estafas reiteradas en 13 hechos y asociación ilícita. Además, Andrés Samsolo y Alejandra Flavia General como será juzgados como coauotores de los delitos de homicidio simple, reducción a la servidumbre y asociación ilícita.
Cambra Sarife era el director de la comunidad, Wawrik se desempeñaba como vicedirectora de la Fundación San Fernando, Merenzón era quien realizaba las derivaciones de manera compulsiva, mientras que General y Samsolo eran la psicóloga y psiquiatra del lugar.
El hecho por el que se sentarán en el banquillo ocurrió el 22 de febrero de 2022, cuatro personas murieron durante un incendio en el centro Resiliencia San Fernando, ubicado en la localidad de La Lonja, un espacio de internación que carecía de habilitación y de las condiciones mínimas para el destino que se le daba.
Los fallecidos fueron identificados como Nicolás Bisbal, José Castaño, Rodrigo Moreno y Nicolás Ortiz, todos internados en el lugar, de entre 25 y 45 años.
Tras inspecciones en el lugar de la Comisión Provincial para la Memoria (CPM), órgano de control de este tipo de instituciones, se determinó que “el edificio no poseía ningún matafuego, ni plan de contingencia en casos de emergencia, los colchones no eran ignífugos y todas las ventanas de las habitaciones tenían rejas, impidiendo las tareas de rescate intentadas por los mismos usuarios”.
“Las víctimas, sobremedicados por el coctel y cantidades de psicofármacos que les suministraban, ni siquiera tuvieron la posibilidad de reaccionar ante siniestro”, describió el informe que forma parte de la investigación judicial.
Otras 22 personas internadas en la comunidad sobrevivieron, aunque algunas de ellas quedaron con secuelas emotivas y psíquicas que agravaron su condición de salud mental.