En formato renovado pero con la clara meta de recrear la mística que tuvo uno de los boliches más emblemáticos que dio el centro de Pilar, vuelve Kaskote a su ubicación original, en la esquina de San Martín y Bolívar frente a la Plaza 12 de Octubre.
En formato renovado pero con la clara meta de recrear la mística que tuvo uno de los boliches más emblemáticos que dio el centro de Pilar, vuelve Kaskote a su ubicación original, en la esquina de San Martín y Bolívar frente a la Plaza 12 de Octubre.
La búsqueda por recuperar aquel espacio donde transcurrieron los años más felices de numerosos pilarenses fue encarada por la familia Díaz, integrante de la sociedad que en 2022 puso de nuevo en marcha el Teatro Gran Pilar.
El local, cuya apertura está prevista para mediados de septiembre, ya deja ver a los transeúntes algo de su particular estética, entre retro y clásica. La cartelería con la misma tipografía que aquella utilizada en el letrero original colocado en alturas de la galería es el primer cimbronazo para los nostálgicos.
“Queremos que entrar a Kaskote sea un viaje en el tiempo”, afirmó Jeremías Díaz, propietario del lugar, en diálogo con El Diario.
En cuanto a la génesis de la idea, el arquitecto de 33 años explicó que “hace 20 años que vivimos con mi familia en Pilar y siempre escuchamos hablar de Kaskote”. Por eso, a la hora de hacerse cargo del local gastronómico que funcionaría en la misma locación que el recordado boliche y buscarle un nombre, la historia se impuso con la fuerza de lo inevitable.
Con aire de boite clásica de la época, Kaskote funcionó durante los años 70 y 80, hasta que cerró sus puertas en 1992. Había llegado para reemplazar a Bariloche, otra emblemática confitería céntrica que quedó grabada a fuego en la memoria colectiva.
En un Pilar de pocos –y conocidos- habitantes cumplió una destacada función social. Numerosas parejas se formaron entre sus paredes que también eran refugio para los alumnos díscolos que se escapaban del colegio o para inolvidables reuniones de amigos.
Capítulo II
En esta suerte de remake, Kaskote adoptará una impronta más gastronómica basada en la cocina clásica argentina, influenciada por la inmigración italiana y española.
En cuanto a sus características, el local cuenta con 250m2 y capacidad para 105 cubiertos, a los que se sumarán otros 120 de las mesas ubicadas en la vereda y en la Plaza 12 de Octubre.
El restaurante abrirá sus puertas desde la mañana hasta la noche, pasando por propuestas para el almuerzo, after office y cena. También funcionará como rotisería. Para esto, ya adquirieron un horno al spiedo.
Los platos “de toda la vida”, como los denomina Jeremías, estarán a cargo del chef Martín Pons, formado en México y en Japón. Tortilla de papas, milanesa a caballo, vitel toné y pastel de papas, serán algunos de ellos.
La coctelería –con predominio de Vermut, ron, whisky- también rendirá tributo a las recordadas boites.
Sin perder de vista el objetivo de hacer de Kaskote un lugar de recreación, el espacio contará con un escenario en el que se desarrollarán espectáculos musicales en vivo.
“Estamos en la búsqueda de músicos, también de gente que coleccione vinilos para poder pasarlos y también evaluamos pasar películas”, anticipó el dueño, para agregar que “queremos volver a crear una ambiente de encuentro, de conectar con cosas que se fueron perdiendo”.
“Pilar se fue apagando y queremos volver a eso. Y que la experiencia esté a la altura de lo que fue Kaskote lo máximo posible”, concluyó. Instagram: @kaskotepilar.