Daniela Cruz Belmonte es estudiante de Ingeniería Biomédica en la UNSAM y trabaja en el Hospital Austral. Su padre es técnico en una empresa del Parque Industrial Pilar. Fue galardonada con el SABI 2025.
Daniela Cruz Belmonte y su papá Hugo comenzaron armando una impresora 3D casera.
Daniela Cruz Belmonte egresó del Colegio Latinoamérica (Presidente Derqui) y trabaja en el Hospital Universitario Austral.
Una historia de esfuerzo, superación y colaboración entre padre e hija que rindió sus frutos: una alumna de Ingeniería Biomédica de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) recibió el Premio SABI 2025 al mejor trabajo estudiantil, tras presentar una bioimpresora 3D de bajo costo que crea estructuras que imitan tejidos humanos.
Se trata de Daniela Cruz Belmonte, quien recibió la ayuda fundamental de su papá Hugo, técnico electromecánico en una empresa del Parque Industrial Pilar. Daniela egresó del Secundario en el Colegio Latinoamérica, de Presidente Derqui, y mientras finaliza sus estudios trabaja en el Hospital Universitario Austral.
Como explicaron en la UNSAM, ella y su papá “unieron sus saberes para crear algo increíble: una bioimpresora 3D capaz de imprimir tejidos con materiales biocompatibles y que recientemente ganó un premio nacional”.
Todo comenzó en 2019, cuando Daniela quería tener su propia impresora 3D. Como eran muy caras, compró las piezas por separado y se propuso armarla junto a su padre.
Mientras él se ocupaba de la estructura, Daniela hizo lo propio con la parte electrónica. De esa primera impresora surgió un emprendimiento de llaveros y accesorios 3D que le permitían a la joven trabajar part-time mientras estudiaba.
“Con las primeras ganancias, armaron dos impresoras más. Pero lo que parecía solo un emprendimiento familiar se transformó en el punto de partida de algo mucho más grande: una bioimpresora capaz de extruir hidrogeles y polímeros biodegradables”, agregaron en la UNSAM.
En 2023, Daniela conoció el Laboratorio de Bioimpresión y Biomateriales (Lab3Bio – ECyT UNSAM) gracias a una beca PEFI. Allí propuso modificar su propia impresora 3D para convertirla en una bioimpresora capaz de trabajar con materiales biocompatibles.
Sus directores, Joaquín Palma, Marcos Bertuola y Élida Hermida, acompañaron el desafío desde el primer momento. Daniela diseñó el extrusor y le pidió una mano a su papá para las partes mecánicas. Su idea era aportar al laboratorio una herramienta de código abierto y bajo costo.
“Gracias a la beca PEFI que otorga la ECyT puede conocer el trabajo diario de un laboratorio, aprender de investigadores de distintas áreas y reconocer mi propio aporte ingenieril”, celebró Daniela. “Agradezco el apoyo de mis directores, que, desde el momento en el que les planteé la idea, me incentivaron a avanzar y se pusieron a disposición para llevarla a cabo”.
Hoy esa impresora, nacida de la unión entre la universidad y el ingenio de padre e hija, puede imprimir con hidrogeles y polímeros biodegradables en simultáneo, creando estructuras que imitan tejidos humanos.
En 2023 imprimieron una oreja tridimensional y este año diseñaron una tráquea compuesta por hidrogel y policaprolactona. Ambos ensayos confirmaron la capacidad del equipo para avanzar en desarrollos aplicables a la medicina regenerativa.
Por este trabajo, Daniela fue reconocida con el Premio SABI 2025 en el Congreso Argentino de Bioingeniería. “Un reconocimiento al talento, la constancia y la pasión por innovar desde la universidad pública”, como resaltaron en la casa de estudios.
Y agregaron: “De un proyecto familiar a una herramienta científica con impacto real. De una impresora casera a una bioimpresora premiada. De una idea soñada a una innovación UNSAM. La potencia (investigadores, infraestructura, becas) de una universidad pública al servicio del esfuerzo de los estudiantes”.