Construido en la década de 1970, el edificio de dos pisos de la esquina de Tucumán e Ituzaingó es una de las construcciones más emblemáticas del centro de Pilar, en la que durante varias décadas funcionó una de sus instituciones más queridas, los Bomberos Voluntarios de Pilar.
Precisamente, es esta la entidad la propietaria del inmueble donde actualmente funcionan las fiscalías número 2 y 4 de Pilar y los registros del automotor, la misma que decidió poner en valor las fachadas de la edificación que es un punto de referencia para pilarenses y foráneos.
Así es que con fondos propios de los Bomberos y donaciones particulares, se están llevando a cabo una serie de trabajos tendientes a mejorar la estética del edificio y también la comodidad de sus espacios comunes.
"El proyecto consta de tres etapas, hace unos días se concluyó la primera que es la reconstrucción de la fachada de la calle Tucumán", afirmó Daniel Díaz, vicepresidente de la institución.
Las tareas consistieron en la modificación de las aberturas y las paredes exteriores. Para esto, se colocaron placas cementicias y revestimiento tipo Tarquini. Además, se reemplazaron las viejas barandas por otras de vidrio.
A esto se le sumaron cambios internos como la incorporación de un ascensor de mayor tecnología en lugar del existente hasta entonces, mejoras en los cielorasos, paredes y cambios en la iluminación. "Se modernizó por dentro", sintetizó Díaz.
En cuanto a los trabajos externos, anticipó que "las paredes se iluminarán con luces led, queremos cambiarle el aspecto al Centro de Pilar".
La segunda etapa ya está en marcha y consiste en la realización de tareas similares sobre la fachada lateral de la calle Ituzaingó. En tanto que la tercera y última instancia, y quizás la más ambiciosa, implica la realización de un tercer piso completamente vidriado que servirá para la ampliación de las fiscalías.
Cabe recordar que si bien el edificio -cuya construcción fue impulsada por el recordado vecino Regino Osés- sigue perteneciendo a los Bomberos Voluntarios de Pilar, hace 10 años la institución se trasladó a una sede más amplia y con mayor accesibilidad a la hora de acudir a emergencias. No obstante, en la esquina de Tucumán e Ituzaingó sigue funcionando una oficina de guardia de la entidad.
Historia
Hasta principios de la década del 50 el Partido de Pilar carecía de un grupo de socorristas y/o bomberos organizados que pudieran dar respuesta a las emergencias y siniestros que se presentaban.
Cada evento de ese tipo dejaba en evidencia la gran necesidad de contar con un Cuerpo de Bomberos propio, dado que el más cercano distaba más de 30 kilómetros y los caminos estaban en regular estado, sumado a las unidades lentas de la época.
Un descarrilamiento ferroviario en el paraje “Puente de Fierro” sacó a la luz una vez más esta necesidad y la entonces Sociedad Comercial, hoy SCIPA, tomó la iniciativa de la creación de un cuerpo de bomberos voluntarios. Así comenzaron a organizarse los primeros pasos de la institución que cobraría vida con la firma del Acta 001 el 13 de junio de 1952.
De esta manera se dio inicio una organización denominada Sociedad Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Pilar, conformada por vecinos del partido y con un jefe designado a los fines de instruir al personal pionero.
Después de funcionar durante décadas en la esquina de Tucumán e Ituzaingó, hace nueve años llegó a mudanza a su locación actual en Ruta 8 y Zeballos. Un cuartel de primer nivel y buena accesibilidad para dar respuesta temprana.
Además, el espacio es utilizado para dictar cursos abiertos a la comunidad. “Pilar creció mucho, todos los días tenemos servicios, algunos muy complejos, muchos accidente y la quema de pastizales que es nuestra mayor demanda en esta época”, concluyó Lucero.