Desde hace unos años se viene haciendo habitual la aparición de zorros en Pilar, tanto en descampados como en el interior de algunos barrios cerrados, como ya se han registrado varios casos.
Dos ejemplares fueron vistos en la colectora, a la altura del kilómetro 52. Ambientalistas destacan que son “asustadizos” y no hay que molestarlos. VIDEO.
ZORRO GRIS. Especie que habita nuestra zona. Un ejemplar adulto pesa 4 kilos.
Desde hace unos años se viene haciendo habitual la aparición de zorros en Pilar, tanto en descampados como en el interior de algunos barrios cerrados, como ya se han registrado varios casos.
Sin embargo, esta en la primera vez que se registra su aparición en la Panamericana. Un periodista de El Diario que el jueves por la noche salió a caminar, detectó la presencia de dos zorros sobre la colectora de Panamericana.
Concretamente se dio a la altura del kilómetro 52, a metros de la agencia de autos chinos BYD. Uno de ellos pudo ser registrado a través de un video. Luego, se perdió en el descampado que da a los fondos de la concesionaria.
Las primeras apariciones de zorros grises se detectaron durante la pandemia. Con las restricciones de la circulación, fueron ganando terreno. Desde entonces existen varios reportes de vecinos de todo el distrito señalando la aparición de estos animales.
Desde la Reserva Natural de Pilar explicaron que la especie de zorros que se pueden ver en el distrito son zorros grises (tienen la cola de pelaje denso y la punta de un color diferente) e hicieron hincapié en la importancia de “dejarlos tranquilos” en caso de llegar a divisarlos.
“Es asustadizo, lo que hay que hacer es no molestarlo, pero es normal. Él era el dueño de este ecosistema antes de que llegásemos nosotros y lo habitemos”, aclararon desde el espacio protegido.
Cabe resaltar que es usual encontrarlos no solo en la Reserva Natural sino en otros lugares como el barrio Pellegrini, en donde los mismos vecinos reconocieron que ya son casi parte del paisaje cotidiano, y cerca de los barrios privados Mayling y Segundas Colinas, por ejemplo.
En este sentido, los ambientalistas expresaron que se mueven “donde haya más tranquilidad”. “Deberíamos aprender a convivir con ellos, porque es algo natural y no es riesgoso para la población. La población es la que debe respetar a sus compañeros de ruta, que son nativos de esta zona y con los que se puede convivir perfectamente”.