Un audio en el que Nicolás Pachelo, el exvecino del country Carmel acusado del crimen de María Marta García Belsunce, reconocía tener un arma en su casa de ese barrio, fue reproducido este miércoles en el inicio de una nueva audiencia del tercer juicio por el hecho.
“No sé si es croata o yugoslavo, de la guerra de Bosnia...no sé...de los quilombos de ahí. Es todo negro, con culata negra, y carga tres tiros. Es una bestia, tirás a un árbol y lo partís, es una bestia. La mira no es buena. Si querés mañana te lo muestro, lo tengo acá en el country”, se escucha decir a Pachelo en una comunicación telefónica con otro hombre que le pregunta por “el fusil” que el acusado le había mencionado.
El audio fue escuchado por los integrantes del Tribunal Oral Criminal (TOC) 4 de San Isidro, en el inicio de la quinta audiencia del juicio, donde también se reprodujeron otros: uno de una conversación de Pachelo con un periodista y el restante con otro hombre.
En el primero, el exvecino reconoce un robo a un habitante del Carmel y en el restante, del 15 de diciembre de 2002, habla de María Marta García Belsunce.
“Cuando uno es pendejo se manda cagadas… mi vieja me lo dijo siempre… estoy en este quilombo con esta vieja conchuda que ni la conocía. Parece que los fiscales se pusieron a investigar a todos los socios del club y el único que tenía quilombos era yo. Y que yo estaba peleado a muerte, pero era mentira”, dice el acusado.
Pachelo ingresó este miércoles a las 10.50 a los tribunales de San Isidro y, esta vez, prevenido ante la presencia de fotógrafos, se dejó puesto el tapabocas y se sentó detrás de sus abogados defensores.
Vestido con jeans, campera negra deportiva y con la ya tradicional bolsa de nylon negra en la que transporta un cuaderno con anotaciones que realiza durante el debate, Pachelo habló distendidamente con sus abogados a la espera del ingreso de los jueces a cargo del tribunal.
El juicio continuó con más testimoniales, entre ellos el de un vecino del country Carmel que estaba a cargo de la comisión de seguridad del predio.
La empresa de vigilancia del country Carmel de Pilar había asignado las semanas previas al crimen a un vigilador para realizar un seguimiento especial sobre los movimientos del vecino Nicolás Pachelo y de su entonces esposa, a quienes apodaban “Romeo y Julieta”, ante las sospechas que recaían sobre él por robos en el predio.
El dato sobre el seguimiento al que denominaban “sombra” fue revelado este miércoles por el testigo Carlos Alberto Villalba, un hombre que actualmente es albañil pero que en el 2002 trabajaba como vigilador privado y cumplió funciones en el Carmel durante 20 días del mes de octubre de ese año, pero que no estuvo presente el día del crimen de María Marta García Belsunce.
“A Pachelo lo conozco como Romeo”, dijo Villalba ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 4 de San Isidro, tras asegurar que si bien estaba asignado a la seguridad en el country Campo Chico, en octubre del 2002 lo cambiaron al Carmel y le asignaron “el puesto 4, entre las 6 y las 18”.
“Mi trabajo era vigilar a Romeo y a Julieta, que eran Pachelo y su señora” (Inés Dávalos), dijo Villalba, un hombre con problemas de visión en ambos ojos que aclaró que en el momento del hecho apenas “podía ver un bulto” y era imposible distinguir a las personas.
Palos de golf
Un expresidente del country Carmel de Pilar declaró que se sintió intimidado por Nicolás Pachelo meses antes del hecho, cuando denunció que el ahora acusado le robó sus palos de golf y días más tarde aparecieron las fundas de esos objetos colgadas de árbol de su casa. “Fui víctima de un delito en el Carmel en el año 2002, antes del asesinato de María Marta García Belsunce. Había ido a jugar al golf y dejé dos bolsas con palos de golf al lado de la parrilla y al rato no estaban más”, relató en su declaración Fernando Sansuste, vecino de El Carmel.