MUCHOS RETIRAN LAS PROPIEDADES PARA PONERLAS A LA VENTA

Con poca oferta y precios altos crece la dificultad para alquilar viviendas en Pilar

Desde las inmobiliarias advierten que hay un 50% menos de inmuebles disponibles. Historias de inquilinos apremiados por el aumento de los valores y las exigencias inalcanzables.

Por Redacción Pilar a Diario 16 de enero de 2022 - 00:10

Por Celeste Lafourcade

“En Pilar hay un problema bastante importante del que soy víctima como muchas otras personas y es el tema alquileres. Los precios no coinciden con los sueldos de los laburantes y los requisitos que piden son inalcanzables”, afirma la ambientalista Erica Hahn, cuyos inconvenientes para conseguir una vivienda se repiten en cientos de otros casos.

La escasez de unidades disponibles, sobre todo aquellas que puedan albergar a una familia, y el aumento de precios hacen un cóctel explosivo que dinamita cualquier ilusión de actuales o futuros inquilinos.

Consultados por esta situación, desde el sector inmobiliario coinciden que la llamada Ley de Alquileres (Nº 27.551) que reformó el Código Civil y Comercial vigente implementó una serie de cambios que terminaron por perjudicar tanto a locadores como locatarios.  Desde aquel hito, “hubo una retracción de entre el 50 y el 60% del mercado”, afirma Virginia Attili, propietaria de Attili & Bisso.

En este sentido, señaló la obligación de facturar los alquileres como uno de los principales escollos. “Muchos de los propietarios son jubilados que dividen en tres su casa para sumar una renta y que les alcance para vivir”, explica la martillera, para agregar que ante situaciones así muchos dueños “deciden dejar de alquilar sus propiedades y venderlas”.

En la misma línea, Fernanda Altezor de Inmobiliaria Altezor, coincide en que “muchas propiedades se han volcado a la venta por lo desprotegido que se siente el propietario ante futuros problemas con inquilinos que no pagan”.

Esta situación, asegura, se refleja en “un 50% menos de propiedades disponibles para alquilar” que hace unos dos años. “Muchos prefieren vender más barato antes que alquilar”.

Asimismo, la obligación de fijar contratos a tres años con aumentos anuales también representa un inconveniente para concretar operaciones, desde el punto de vista de las inmobiliarias.

En la actualidad, el valor de los aumentos se fija de acuerdo al índice establecido por el Banco Central que hoy se ubica en el 52% anual, por encima de la inflación del 2021.

“La inflación se come el aumento y no hay posibilidades de ajustar semestralmente, por eso hay dueños que prefieren dejar vacías las propiedades antes que alquilarlas”, advirtió Altezor, para agregar que “en algunos casos prefieren cerrar contratos temporales”.

“Estamos en los valores históricos más bajos de rentabilidad para una propiedad, eso hizo que la gente se retraiga”, añadió Attili.

Precios

Del otro lado de la ecuación, los inquilinos deben afrontar la escasez de oferta y el consecuente aumento de requisitos, sumado a la disparada de los precios.

“Hay poco, los valores son altos y los requisitos son excesivos. Todo es un gran caldo de cultivo”, explicó la propietaria de Altezor Propiedades.

Frente a esta situación, buena parte de los futuros locatarios terminan por adaptar sus pretensiones a lo que el mercado les ofrece.

“Están tratando de hacinarse porque los propietarios tampoco lo permiten”, agregó. “En muchas propiedades está el requisito de que no se admiten niños o mascotas”.

En este sentido, las más perjudicadas resultan las familias, dada la bajísima disponibilidad de unidades de dos o más habitaciones. Mucho más, si lo que se pretende rentar es una casa.

En cuanto a los precios, en promedio un departamento de 2 ambientes en el centro de Pilar arranca en los 20 mil pesos, en tanto que el número puede elevarse a 45 mil si la propiedad está ubicada en un complejo cercano a Panamericana.

Una casa con tres dormitorios en un barrio abierto puede rondar los 70 mil pesos mensuales, mientras que en un barrio cerrado el precio promedio supera las tres cifras.

Otra mirada sobre el mismo problema aporta Alejandra Martínez Cusinato de Blanco Propiedades. “Hay mucha gente de Capital que debido a la pandemia eligió venir a vivir a Pilar. Hay propiedades pero muchas ya están ocupadas como vivienda permanente”, expresó.

En cuanto a las preferencias, señaló que dicha franja del mercado se buscan construcciones con amenities. En estos casos, las unidades de dos ambientes pueden alcanzar los 65 mil pesos más expensas.

“En muchos casos, como la ley de alquileres exige que el contrato sea por tres años, los precios se establecen en dólares”, precisó la martillera y en coincidencia con el resto de las fuentes, indicó que muchas de las unidades que antes estaban disponibles fueron retiradas del mercado de alquiler para ser puestas a la venta y en lo que se refiere a ese punto, “hay muchas consultas pero no se cierran operaciones”.

En cuanto a las proyecciones de aumento de la oferta disponible, desde Attili & Bisso afirman que existe una reactivación en la construcción de viviendas multifamiliares luego del parate del 2020.

“Los inversores en general apuestan a construcciones con espacios de coworking, es lo que hoy mejor se defiende, porque la tendencia del home office vino para quedarse”, concluyó.

Requisitos

La ambientalista Érica Hahn contó algunos de los requisitos que debe contemplar para poder alquilar. “Tengo que deshacerme de mi perra, ya que uno de los requisitos es no mascotas. Y un alquiler bajo ronda los $45 mil, entonces piden que tu recibo de sueldo sea de, al menos, $110 mil”, contó.

La vecina, que busca desde octubre pasado una vivienda para mudarse, todavía no pudo resolver su situación a dos semanas de tener que dejar la propiedad que alquila.

Precios

• 2 ambientes en un barrio abierto entre 20 mil y 30 mil pesos mensuales.  El precio se eleva a 65 mil pesos mensuales, dependiendo de ubicación, los amenities y seguridad privada.

• 3 ambientes ronda entre 45 mil y 50 mil pesos en un barrio abierto. El precio puede superar los 80 mil en un complejo privado.

• Casas: en un barrio abierto el precio ronda entre 60 y 70 mil pesos. En un barrio cerrado puede oscilar entre los 90 y 180 mil pesos más expensas.

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