Por Alejandro Lafourcade
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“Nosotros somos una de las familias fundadoras, mi abuelo y mi viejo eran albañiles y se cansaron de hacer casas. De ahí viene la confianza que nos tiene la gente”. El autor de la frase es Amadeo Montauti, uno de los vecinos más conocidos de Villa Rosa, en el local en el que cultivó el respeto de todos: la bicicletería familiar.
Con 56 años, Amadeo es nacido en la localidad y su vida transcurrió siempre entre bicicletas, salvo un paréntesis en el que se dedicó a la política con el fin de lograr avances para su lugar en el mundo.
“Me crié con la bicicleta –asegura a El Diario-, mi viejo, Domingo Montauti, era ferroviario pero también ciclista. Corrió siempre y fue muy destacado, a los 73 años hizo el cruce de los Andes”.
Su papá trabajaba en el ferrocarril hasta las 15, mientras él atendía el negocio a la mañana, estando juntos por la tarde: “Por él y sus amigos aprendí todo lo que sé sobre las bicicletas. Uno de esos grandes maestros fue el ‘Santa’ Calegaris (fallecido en 2019), que estaba todo el tiempo acá con nosotros. Escuchando a los más grandes fui aprendiendo todo”.
NyC
Sobre el contexto actual, Amadeo señala que “por suerte hay mucho trabajo. Mi fuerte son los trabajadores de los countries, los que llevan a sus hijos a la escuela y las familias”.
Además, asegura que “hoy la bici es algo esencial, la gente la usa como medio para ir al trabajo. Antes de la pandemia, había quedado como algo solo para deportistas, pero hoy la gente se está cuidando mucho y es mejor que estar apretado en un colectivo”.
Precisamente, señala que desde el año pasado “mucha gente recicló o volvió a usar las bicicletas que tenía arrumbadas”.
Acerca de su vigencia, no duda en que “el secreto es tener buenos precios y dar garantía. Cuando vos trabajás con amor, con el corazón, los trabajos te salen bien y podés dar garantías, algo que hoy no te da casi nadie”.
Con más de medio siglo en la localidad, fue testigo directo del crecimiento de la zona. “Villa Rosa fue cambiando mucho para bien, hubo un progreso tremendo. Enfrente del negocio había una canchita y ahora está todo edificado, las calles principales eran de tierra, al circuito de ciclismo del barrio El Escondrijo iban las familias a ver las competencias… Lo que sí todos extrañamos es el monte de eucaliptus que estaba en la estación”.
El delegado
En 2003, Montauti fue convocado por Humberto Zúccaro, quien estaba en campaña para llegar a la intendencia. “Me dijo ‘quiero ser intendente de Pilar porque está muy necesitado. Acompañame para hacerte cargo de Villa Rosa’. Para darle una mano, dejé la bicicletería y me terminé quedando durante los 12 años de su gestión”.
Sucesivamente fue delegado de Villa Rosa, La Lonja y por último Fátima y Manzanares. “Después estuve tres años más con (Nicolás) Ducoté pero ya era momento de parar. Hablé con mi mamá y mi hermana, que financió el emprendimiento y pusimos de vuelta la bicicletería, hace ya tres años. Por suerte volvieron el 99% de los clientes que tenía antes de parar”.
En cuanto a su paso por la política, indica que “me gustó mucho, porque con Humberto tuve la oportunidad de asfaltar varias calles, como Yrigoyen. Pero el golazo (sic) fue renovar la calle Chubut. La ventaja era que Néstor Kirchner venía cada 15 días y traía una carpeta de obras para Pilar”.
“Eso fue lo bueno de la política –añade-, pero también es muy ingrata: tuve un infarto y me pusieron tres stents… Fue por estrés, en ese tiempo no descansábamos nunca”. Y asegura: “Tantos años a ese ritmo es mucho. Por eso volvimos a poner la bicicletería, hacemos lo que nos gusta, tenemos nuestros horarios”.
Por eso es que Amadeo no piensa hacer otra cosa que seguir en su bicicletería: “El plan es seguir creciendo, tener bicicletas nuevas a la venta, ofrecer créditos… Esperemos poder hacer lo antes posible, tenemos muchos proyectos para el futuro”.
15
años se dedicó Amadeo Montauti a la política, como delegado de Villa Rosa, La Lonja, Fátima y Manzanares.
“Por la pandemia, mucha gente recicló o volvió a usar las bicicletas que tenía arrumbadas”.
AMADEO MONTAUTI.