La Agrupación 23 de Agosto de Pilar impulsó una campaña que lleva como banderas la inclusión y la empatía. Están fabricando barbijos que tienen material transparente en la zona de la boca y que se entregarán en distintas escuelas de educación especial del distrito.
Hace ya dos semanas que decidieron volcarse a la fabricación de estos barbijos inclusivos y hasta el momento ya hicieron más de cien, aunque esperan seguir con la producción para llegar a la mayor cantidad de personas.
En diálogo con El Diario, Martina Perna, una de las jóvenes que lleva adelante la iniciativa solidaria, que es tendencia en distintos puntos del país, contó que aunque ya venían realizando barbijos comunes desde que comenzó la pandemia, en una de las entregas de alimentos que hicieron en una escuela en el marco del programa de Servicio Alimentario Escolar (SAE), se encontraron con una dificultad.
“Hubo un caso donde una familia no pudo recibir la mercadería porque el familiar que fue a buscarla, no pudo entender a los docentes que tenían barbijos comunes puestos. Ahí decidimos hacerlos porque sabemos que la pandemia nos cambió el mundo a todos y tenemos que aprender a convivir con esto”, manifestó Martina, que integra la agrupación conformada por unas veinte personas.
Aunque finalmente esa familia pudo recibir el bolsón de alimentos en su casa, entendieron que los tapabocas, que son de uso obligatorio en la provincia de Buenos Aires, eran un limitante para una porción de la población que se veía impedida para comunicarse: tanto para las personas que sufren sordera o algún tipo de hipoacusia como para aquellas que se vinculan con ellos pero no manejan el lenguaje de señas, es fundamental el movimiento de los labios para hacerse entender.
Así fue que pusieron manos a la obra: una de las integrantes de la agrupación, que es diseñadora de indumentaria, hizo los moldes, reunieron dinero de sus propios bolsillos para comprar el material plástico necesario, similar al acetato, y con la friselina que ya tenían comenzaron a producir.
El proceso de fabricación es mucho más lento que el de un barbijo común porque, como explicó Martina, “tenemos que hacerlos de a uno”. “Son bastante complicados, es con un molde con el que no se puede hacer recorte masivo así que se van haciendo de a uno y en el medio se cose el plástico”, detalló.
La primera entrega de barbijos inclusivos que harán será en la Escuela de Educación Especial Nº 503 de Presidente Derqui y se hará en el marco de una nueva entrega del SAE.
No obstante, el objetivo que persiguen es llegar a la mayor cantidad de gente posible porque entienden que cuantas más personas utilicen este tipo de tapabocas, mayor facilidad tendrán las personas sordas para poder comunicarse con aquellos que no manejan el lenguaje de señas.
En este sentido, Martina expresó que “la idea es seguir porque no solo son para los chicos sordos y sus familiares sino que queremos que la mayoría use estos barbijos para que en caso de encontrarse con una persona que tiene dificultad para escuchar, puedan hacerse entender”.
“Me da orgullo poder hacer esto y poder facilitárselos porque para ellos es un montón y para nosotros no es nada. La discapacidad no nos aterra y nos tiene preocupados, porque siento que por mucho tiempo fueron los más excluidos, ahora estamos acompañando a estas familias. Somos empleados municipales y desde el Municipio siempre vamos a hacer todo lo posible por ellos”, cerró la joven.