Agustín Ávalos, vecino de Manzanares de 27 años, viajó hace un año y medio a Andorra con la idea de trabajar un tiempo allí para juntar dinero y luego recorrer distintos puntos de Europa. Sin embargo, por un accidente, sus planes se vieron modificados y debió quedarse en el país andorrano.
Sin lugar a dudas, nada lo hacía suponer que, meses después, una pandemia truncaría sus posibilidades de seguir recorriendo el Viejo Continente pero, en lugar de deprimirse, el joven pilarense, que estudió para socorrista en la Escuela de Guardavidas de Pilar, decidió ayudar.
Así, sin pensarlo demasiado, se unió a la Cruz Roja de Andorra en donde junto a otros muchos voluntarios realizan test serológicos que permiten detectar si las personas estuvieron o no en contacto con el virus.
A pesar de que no pudo cumplir su propósito de recorrer Europa, Agustín logró algo mucho más importante. Fue parte de los cientos de miles de personas que alrededor del mundo decidieron arriesgarse para luchar contra el coronavirus. Como él mismo calificó en diálogo con El Diario, “una experiencia única e irrepetible”.