Harvard becó a la hija de Gabriel Eiriz por un ensayo sobre el día que lo asesinaron

Rocío estudiará economía en la prestigiosa universidad norteamericana. “Estoy muy orgullosa de contar el esfuerzo que hace mi familia para que se siga investigando”, dijo la joven de 18 años.

Por Redacción Pilar a Diario 21 de febrero de 2020 - 11:55

Rocío Eiriz, que hoy tiene 18 años, tenía apenas 12 cuando mataron a su padre, Gabriel, de un disparo en la cabeza. Seis años pasaron del aberrante crimen y, sin embargo, la justicia no llegó para la familia del vecino pilarense que fue asesinado luego de denunciar fiestas clandestinas en La Lonja.

Fueron las palabras las que ayudaron a Rocío a atravesar el dolor que todavía hoy le quema las entrañas por la muerte de su padre. Es que la joven dejó su José C. Paz natal para trasladarse a Boston, Estados Unidos, luego de obtener una beca para estudiar en Harvard a partir de un ensayo titulado “8 de octubre” (fecha en la que murió asesinado Gabriel Eiriz) en el que reflexiona sobre la trágica vivencia que le tocó atravesar y el significado especial que tiene para ella esa fecha.

Así lo expresó la joven en una entrevista que dio al sitio de noticias Infobae en la que contó que “cuando me senté a escribir, puse lo que me fue saliendo en ese momento. Sabía que ‘ese’ era el tema del que debía escribir. No había nada que me describiera más”.

Y agregó: “Fue algo completamente inesperado, diría que inentendible. Todavía sigue siendo incomprensible hasta el día de hoy. Pasaron más de seis años y aún no hay justicia. Estoy muy orgullosa de contar el esfuerzo que hace mi familia para que se siga investigando, porque cada esfuerzo implica revivir la situación y eso duele muchísimo”.

Cuando su papá fue asesinado, la estudiante tenía 12 años. Sus hermanos más chicos, Tadiel y Yago, apenas 7 y 8.

Respecto a la adaptación a Harvard, donde se instaló en agosto pasado, contó que “desde muy chica quería estudiar afuera. Tener una experiencia universitaria muy distinta a lo que conocemos: una vida dentro del campus, con compañeros de todos lados. Sabía que era difícil, pero creía que lo iba a lograr. Hice todo el esfuerzo para tener la posibilidad”.

Hoy, su vida la reparte entre el estudio y la vida social dentro del campus. Sin embargo, no debe haber un solo día en el que Rocío no recuerde a su padre o en el que no se sienta orgullosa de la lucha de su familia por lograr que, de una vez y por todas, se haga justicia. Para ella, todos los días son 8 de octubre.

 

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