Especialistas en inmunología desmintieron que haya que tener abstinencia de alcohol luego de aplicarse la vacuna rusa contra el coronavirus, la, que mostró hace unas semanas una efectividad de hasta el 95% contra la enfermedad y que ya comenzó a darse masivamente en Moscú desde el sábado.
“No es cierto que, en caso de que vos te vacunes con (la vacuna) Sputnik V o cualquier otra vacuna, el consumo de alcohol comprometa la respuesta inmune. No tiene fundamento hablando de la ingesta recreativa o familiar de alcohol”, dijo a Télam Jorge Geffner, doctor en Bioquímica e investigador del Conicet.
“La única manera en que el alcohol puede comprometer es cuando se trata de un paciente alcohólico que evoluciona a una cirrosis hepática, ya que la ingesta excesiva de alcohol en forma crónica compromete la funcionalidad del hígado. Ahí tenés comprometida la respuesta inmune, la endocrinológica, la metabólica, entre otras”, aclaró.
Rusia comenzó el sábado a vacunar masivamente a los trabajadores con alto riesgo de contagio de Covid-19, en los nuevos centros de vacunación abiertos en toda la ciudad de Moscú.
En ese marco, la viceprimera ministra de la Federación Rusa, Tatiana Golikova, dijo el viernes que los vacunados deben evitar los lugares públicos y reducir la ingesta de medicamentos y alcohol dentro de los primeros 42 días después de la primera dosis.
“La declaración existió, pero me parece que fue descontextualizada o desafortunada. En Rusia el consumo excesivo de alcohol es un problema muy importante, pero el consumo moderado de alcohol no le hace nada a la respuesta inmune”, agregó Geffner en diálogo con Télam.
Según las autoridades rusas, la Sputnik V logra su eficacia a los 7 días de la segunda dosis, y 28 días después de la primera, pero el porcentaje de 91,4% podría llegar al 95% luego de 42 días.
Hasta el momento es la más barata de las presentadas, con un costo de menos de 10 dólares cada una de las dos dosis necesarias para lograr la efectividad.
En Argentina, el Gobierno nacional anunció que el acuerdo con Rusia garantiza la disponibilidad de 25 millones de dosis de la Sputnik V, y que podrá participar de la producción de manera local, según confirmaron las autoridades rusas durante una exposición ante las Naciones Unidas.
“La vacuna rusa tiene una estructura por adenovirus que no causa ningún problema patológico en el humano, y a ese virus le hacen una modificación para que no se pueda replicar. Es como tener un caballo de troya para combatir el SARS-CoV-2”, aseguró Geffner, y agregó que la Sputnik V “tiene un diseño muy similar a las de CanSino, Oxford-AztraZeneza y Johnson & Johnson, lo que cambia es el tipo de adenovirus que se usa para portar el gen”.
“Cualquier vacuna, más allá de la latitud donde se haga, nos va a servir y nos va a proteger”, concluyó el investigador.