Pedido

Ni boda ni arroz: la pandemia los dejó sin libreta y piden poder casarse

Muchas parejas debieron suspender sus planes de matrimonio durante el 2020. Con la finalización del aislamiento reclaman que se habiliten los registros civiles para ceremonias reducidas.

Por Redacción Pilar a Diario 8 de noviembre de 2020 - 08:14

“Ella se quedó sin boda ni arroz”, dice la canción de Charly García que bien podría musicalizar el presente de numerosas parejas a las que la pandemia las dejó con un pie en el altar. Ahora, que el período de aislamiento obligatorio dio paso al distanciamiento social, piden certezas y sueñan con ganarle la pulseada al 2020, cerrándolo con el sí quiero.
Iba a ser el día más feliz de sus vidas, hasta que la pandemia se interpuso en sus planes. Con fiestas señadas, anillos grabados y vestidos a medias, desde marzo navegan en la incertidumbre de no saber cuándo podrán casarse. 
El 28 de noviembre era la fecha señalada para que Agustina y Alan, ambos vecinos de Pilar, se convirtieran en marido y mujer tras cuatro años de noviazgo. El pedido de mano llegó el último día del 2019, cuando el año entrante era todavía una página en blanco y todo era adrenalina. Los preparativos comenzaron en febrero, tan rápido como se deshizo la ilusión a fuerza de noticias lamentables y miedo. 
Ahora, con la fiesta reprogramada para finales del 2021, quieren pasar por el registro civil en las próximas semanas y para esto, la futura novia –psicóloga, de 27 años- le escribió una carta al gobernador Axel Kicillof solicitando que se habiliten los casamientos civiles en Pilar. 
“No vivimos juntos y para mí es importante mudarme una vez casados. Que el casamiento signifique un cambio real”, afirmó Agustina en diálogo con El Diario, para agregar que “el 2020 era nuestro año y queremos decir, no importa lo que pasó, nos casamos igual”. 
Apelando a las aperturas ya habilitadas, la joven señala que “solo necesitaríamos cinco personas: un funcionario público, una pareja y dos testigos y también está la posibilidad de hacerlo al aire libre”. “La fiesta ya la pospusimos, no es nuestra intención poner en riesgo a nadie sino casarnos”, enfatizó y agregó: “cada pareja vive su relación de manera distinta y existen múltiples razones para querer hacerlo. Casarse libremente es un derecho y se nos está arrebatando”.

En la puerta
Después de una pedida de mano soñada en las montañas de Colorado, Estados Unidos, a Denisse –profesora de inglés- y a Nacho –consultor-, el sueño de la boda se les esfumó en las narices. A 20 días del gran día, se decretó la cuarentena que obligó a aplazar la fecha primero para noviembre y luego para el 20 de marzo del año próximo.
Tras diez años de noviazgo y dos de convivencia, la joven pilarense de 28 años reconoció que no fue sencillo asimilar la noticia: “tuve un par de días de egoísmo y de preguntarme por qué a mí, pero tuvimos mucho acompañamiento y terminás cambiando la perspectiva y cosas que antes te importaban ahora ya no tanto”. 
En su caso, lo que más le inquieta es no contar con certezas para poder organizar el calendario con gran parte de su familia que vive en el exterior. “Me da cosa no poder festejar con gente querida –admite Denisse- , pero con fiesta o no, en marzo nos casamos igual”. 

Ni boda ni brujas
El último sábado de octubre, día de Halloween, era el elegido por Agustina (27) y Juan Pablo (28), para coronar un noviazgo largo que se inició en la Universidad Austral donde ambos estudiaron medicina. Pero el cotillón alusivo a la noche de brujas y la expectativa de cambiar de estado civil tuvieron que seguir esperando. 
Su profesión y el arduo trabajo de estos meses los llevó a relativizar la angustia no de no poder casarse, no obstante, Agustina confiesa que “nos arrepentimos de haber dejado pasar tanto tiempo”, mientras recuerda que la propuesta de matrimonio llegó hace dos años en una playa de Colombia, a poco de mudarse juntos. 
Las obligaciones hicieron que recién a principios de este año avanzaran con los preparativos y la ironía del 2020, que pronto se vieran interrumpidos. Ahora que la fiesta y la boda por Iglesia fueron reprogramadas para mayo del 21, el sueño de salir del registro civil con la libreta en la mano antes de que se vaya este año, sigue intacto. 

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