TRAS 20 AÑOS

Asfixiado por las cuentas, cierra el Hogar San Cayetano

La situación financiera y económica “es insostenible”, afirman. El tarifazo y demás aumentos fueron los detonantes. Albergaba a chicos en situaciones de vulnerabilidad.

Por Redacción Pilar a Diario 12 de enero de 2019 - 00:00

La noticia comenzó a correr, primero como rumor, luego como confirmación: en los próximos días cerrará sus puertas el Hogar San Cayetano, institución creada hace 20 años que alberga a niños en situación de vulnerabilidad.
Los motivos son financieros y económicos, debido a que el lugar ya no puede afrontar las consecuencias de los aumentos de tarifas e impuestos, así como las cargas sociales y los sueldos del personal. Además, las becas estatales para los chicos están congeladas desde hace casi dos años.
Creado en 1999 por el entonces cura párroco José Ramón de la Villa, el lugar –ubicado en la calle Misiones, del barrio Vicente López- depende de la parroquia local (con la supervisión de la Diócesis Zárate-Campana) y aloja a chicos en situación de riesgo. Todos provienen de familias problemáticas (adicciones, violencia) y tienen entre 4 y 14 años. Cuando superan esa edad, deben trasladarse a sitios para chicos de entre 14 y 18 años. Mientras tanto, aguardan ser adoptados o reincorporados a sus familias, según cada caso.

Números
“Es muy lamentable”, expresó a El Diario Amílcar Antonioni, vecino de Pilar y colaborador del Hogar, “pero los problemas económicos son de largo arrastre”.
La beca que el Estado provincial le entrega al lugar es de $6 mil pesos por niño, cifra congelada desde hace casi dos años. Ese dinero, más los aportes de voluntarios y diversos actores de la comunidad, es absolutamente insuficiente. “Hay que pagarle al personal –cerca de una decena de empleados fijos-, la ley fija una cantidad de profesionales como psicólogos, médicos y demás, algo que está muy bien. Pero luego de exigir, el Estado, tanto provincial como municipal, se desentiende, por eso nunca podíamos terminar de conformar los equipos técnicos”.
No obstante, Antonioni aseguró que “a los chicos nunca les faltó ropa o comida, la comunidad de Pilar siempre ayudó. Además, el cierre del San Cayetano no será perjudicial para ellos, no van a quedar desamparados”.
Sin embargo, con donaciones y buena voluntad no alcanza: las tarifas aumentaron en forma exponencial y el Hogar fue uno más entre los perjudicados. “Llegaban facturas de 10 mil pesos, y a Edenor no le importa, ellos mandan el aviso de corte igual…”, dijo Amílcar.
Por otra parte, “los sueldos y cargas sociales aumentaron, algo justo para los trabajadores. Se pagaron siempre, a veces con atrasos, pero ya no es posible seguir afrontándolos”.

Adiós
Por eso, ya a mediados de 2018, desde el Hogar se avisó a la Justicia que por la grave situación ya no podría seguir recibiendo menores, por lo que la cantidad fue mermando y comenzó el proceso de reubicación. En ese entonces eran 14 los albergados: cuatro fueron al Hogar del Milagro, seis se trasladaron a entidades fuera del distrito, y aún quedan otros cuatro niños en el San Cayetano, los últimos que allí vivirán, hasta que se decida su mudanza.
“Los traslados son decididos por la Justicia –aclaró el voluntario-, que incluso nos avisa el destino una vez que el chico ya fue trasladado”. Pero agregó que “por suerte, en todos estos años hemos tenido muchas adopciones. Cada adopción nos hacía pensar que todo esto valía la pena”. 
La institución ya había transitado una grave crisis en 2012, cuando estuvo a punto de cerrar y fue “salvada” a último momento gracias a aportes de pilarenses comprometidos. Pero esta vez no hay vuelta atrás. “Ahora es imposible –expresó Antonioni-. Es increíble que desde aquel momento el lugar haya sobrevivido seis años más. Siempre se genera deuda, siempre se está al límite, el rojo es de $100 mil por mes… Es imposible mantenerlo”. 

 


14 
chicos tenía el Hogar cuando se decidió no tomar más cupos. Ahora quedan cuatro, que esperan la decisión judicial.


“Llegaban facturas de 10 mil pesos, y a Edenor no le importa que sea un Hogar, ellos mandan el aviso de corte igual”. AMÍLCAR ANTONIONI.

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