YA NO SABES A QUIÉN RECURRIR

Burocracia sin fin: llevan 2 años intentando habilitar un comercio

Es un matrimonio que se quedó sin trabajo y decidió abrir una agencia de remís. Una y otra vez, el Municipio demora los trámites, la documentación se vence y deben volver a empezar.

Por Redacción Pilar a Diario 4 de febrero de 2018 - 00:00

Si hay algo por lo que se caracteriza nuestro país, es la interminable burocracia y, en algunos casos, parece que Pilar no escapa a esta realidad. Habilitar un negocio suele suponer no solo un costo económico sino también de tiempo porque entre los papeles que van y vienen, las habilitaciones se demoran y mientras tanto, los comerciantes tienen que esperar.
Este es el caso de Jorge Pérez y su esposa Sandra, vecinos de Pilar que hace un tiempo, ante la falta de empleo, decidieron comenzar su propio negocio y así se embarcaron en la travesía de abrir una agencia de remís.
Pero, claro, seguramente no imaginaron que el trámite para poder lograr la habilitación definitiva les tomaría casi dos años… y el reloj sigue corriendo.
Ante esta situación, decidieron comunicarse con El Diario y contar la odisea que están viviendo: “Hemos iniciado en la Municipalidad un expediente cumpliendo con todos los requisitos para obtener la habilitación, pero luego de casi 2 años el legajo va y viene por distintos despachos y la habilitación se demora”, explicó Pérez. Tal como se demora la habilitación, la documentación que el hombre presentó también se vence y, de esta manera, tiene que volver a empezar una y otra vez.
“Presentamos dos contratos con firmas certificadas en escribanía y, como el contrato es anual, estoy seguro que ahora me van a volver a pedir la renovación por lo que voy a tener que ir por tercera vez a pagar a la escribanía y lo mismo pasa con el conforme de bomberos, la tasa de Seguridad e Higiene y el resto de los requisitos”, sumó.
Asimismo, el hombre agregó: “Tengo todo en regla porque todos los meses me presento en Comercio porque tengo una causa en el Tribunal de Faltas que no se puede cerrar porque no me dan la habilitación definitiva y todos los meses tengo que ir a pedir una prórroga, como si fuera una persona que está con libertad condicional, pero esa causa se inició porque tengo habilitación temporaria y no porque yo haya hecho nada. Y sin embargo, a pesar de mis esfuerzos, siempre hay algún pero para no darme la definitiva”.
Por su parte, su mujer, que es quien está llevando adelante todos los trámites, no pudo contener sus lágrimas y, entre la bronca y el dolor, expresó: “están exigiendo cosas que otros lugares no tienen, como una playa de estacionamiento, cuando estamos en el predio de un supermercado por lo que sí la tenemos. Después nos dicen que tenemos que tener un baño, y nosotros estamos instalados en una garita, no tenemos una oficina ni nada similar”.
De esta manera, con impotencia, el matrimonio continúa yendo a la Municipalidad, presentando papeles y pagando trámites, pero sin obtener resultados satisfactorios. “Creo que todo se resume a esperar a que se venza algo y que me reclamen la renovación eternamente”, remató Jorge, ya sin energías. 


“Creo que todo se  resume a esperar a que se venza algo y que me reclamen la renovación eternamente”. 

JORGE PÉREZ. 

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