El temporal que pasó por Pilar en la mañana de ayer tuvo todos los condimentos para pensar que la tormenta de Santa Rosa llegó cinco días antes. En total cayeron 40 milímetros de lluvia que anegaron calles en distintos barrios, y fuertes vientos que provocaron voladura de techos, caídas de árboles, postes, cables y hasta la reja del frente de un lavadero. La tormenta, que comenzó a las 6.30 y se extendió hasta las 7.20, además dejó sin servicio eléctrico por más de cinco horas a todo el centro de Pilar y hasta generó alertó entre los vecinos de Del Viso y zonas aledañas por la caída de granizo.
Anoche, el director general de Defensa Civil y Catástrofes, Enrique Pared, le contó a El Diario que por la tarde se realizaron operativos en los barrios Agustoni y La Lomita de la periferia céntrica, además de vecindarios de las localidades de Del Viso y Manuel Alberti.
"El alerta ya pasó, ahora el fin de semana estará nublado pero ya no habrá lluvias, según nos informó el Servicio Meteorológico”, remarcó Pared, que aseguró que el río Luján no sufrió modificaciones en su nivel y aseguró que "está bajo”.
Si bien el fenómeno dejó resabios de todo tipo, entre los más graves estuvo la voladura del techo de un complejo de departamentos en el barrio Buide, ubicado en la intersección de las calles Pedro Cabral y Cañonera Tortuga, a cien metros de la estación de trenes del ferrocarril San Martín de Pilar. Allí los habitantes de los departamentos afectados, aseguraron que tras una fuerte explosión, provocada "aparentemente por un rayo”, el techo se quebró y el viento lo levantó deslizándolo hacia un costado. También voló el techo de un galón del mismo barrio y en la misma Buide, la caída de un árbol provocó daños en un auto estacionado. En ninguno de los casos hubo víctimas.
Mientras que a pocas cuadras del lugar, ya sobre la avenida Tomás Márquez, el portón y toda la reja del frente de un lavaderos de automóviles, unos diez metros, cayeron a raíz del fuerte viento que embolsó el cartel que lleva el nombre del comercio. La caída incluyó la rotura de la pequeña pared que sostenía al enrejado.
Apagón
Como en cada lluvia, el granizo fue la vedete de la preocupación de los vecinos, sobre todos de los que tienen vehículos y se remiten a aquella intensa pedrada de julio de 2006, que dejó al fenómeno meteorológico marcado como el terror de la destrucción de autos, camionetas y camiones.
Pero esta vez las piedras fueron chicas, salvo en Del Viso, donde el tamaño fue variado, pero al caer mezclado con el agua no dañó rodados.
Luego, a media mañana y producto del viento que provocó la caída de cables de media tensión, el centro pilarense se vio afectado por un corte de energía que obligó a suspender las clases a las escuelas, cerrar las puertas a la sede de los bancos, limitó el trabajo de los comercios y la parte administrativa del Municipio. Incluso provocó caos de tránsito por el no funcionamiento de los semáforos.
Según señalaron desde la empresa distribuidora de energía, Edenor, el desperfecto fue provocado por la caída de cables de media tensión y el servicio fue restablecido recién pasadas las 15, aunque no en todo el sector afectado, donde ya entrada la oscuridad de la tarde-noche, quedaban zonas afectadas.
Por la tarde, el aguacero que en pocos minutos contribuyó a anegar calles de asfalto, como lo hizo también en el barrio delvisense de De Vicenzo, provocó que muchas calles de tierra quedaran intransitables.
Entre las víctimas del aguacero y el barro, hubo vecinos que mostraron en las redes sociales, como a pocas cuadras del centro sus autos quedaban empantanados, sin poder salir por el barro.
Pero el más llamativo fue el de un camión de caudales que habría perdido el control en una de las calles del Parque Industrial y al salirse del pavimento, quedó incrustado en la tierra blanda, que por el peso del rodado cedió rápidamente.
40
Milímetros, la cantidad de agua caída durante la jornada de ayer. Para hoy no están previstas lluvias.
Sin servicio
Bancos, semáforos, municipalidad y algunos comercios, no pudieron trabajar durante más de media jornada a raíz del apagón que afectó al centro pilarense, por la caída de cables.
ía.
En tanto, en la calle Chacabuco, que une la ruta 25 con la Panamericana y que permaneció cerrada durante poco más de un mes, precisamente por la demora de la obra hídrica, también el agua ganó la pulseada y hubo sectores donde la cinta asfáltica fue cubierta por completo.