Milagros Toledo es una adolescente de 15 años que vive en
Fátima, y desde hace un tiempo se ha dedicado a una tarea por demás elogiable:
convertir su humilde casa en un hogar de tránsito para los perros callejeros,
para después darlos en adopción a personas que estén en condiciones de
cuidarlos.
Sin embargo, su domicilio recibió esta tarde una visita
sorpresiva: una inspección del área de Sanidad y Protección Animal que intima a
la familia a mantener a los perros dentro de la propiedad, amenazando con dar intervención
al Juzgado de Faltas.
Debido a sus carencias económicas, Mili recibe ayuda de gente
que coopera con alimento, depositando dinero para que puedan llevarlos al
veterinario y bien comprando medicamentos. Además recibe ropa, ya que una forma
de solventar los gastos es organizar ferias.
A mediados de este año, un grupo de vecinos colaboró para
construir algunos caniles, pero aún no se ha conseguido equipar a la propiedad
de manera total. Por eso, algunos perros aún se escapan a la calle.
"Ojala entendieran por qué se me escapan”, comentó la joven,
compungida, en su perfil de Facebook (Mili Perruna Toledo). "Tan rápido
vinieron a inspeccionar, pero para dar una mano no están nunca... No quiero
crecer nunca… No entienden que somos todas mujeres en casa, que nadie nos da
una mano para cerrar el terreno”.