Robaron placa que homenajeaba a víctimas de la masacre de Fátima

Había sido colocada hace menos de un mes por el Municipio. Pero se la llevaron este fin de semana y nadie vio nada. Sería para vender el bronce. El espacio público está fuera de control.  

27 de septiembre de 2011 - 00:00

 

La placa, el día que fue colocada. A la der., la pared vacía muestra que ya fue robada por vándalos.

 

El grado de impunidad de la delincuencia pareciera no tener límites en algunos sectores de Presidente Derqui. Así lo estiman varios vecinos de la céntrica plaza Antonio Toro, y también funcionarios municipales. Es que cuando aún no pasó un mes desde que la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad descubrió una placa en recuerdo de la Masacre de Fátima, los malvivientes ya se encargaron de robarla.

Como es habitual, nadie vio ni oyó nada, y las cámaras de seguridad instaladas en la zona tampoco habrían registrado el delito que, obligadamente, debió insumir algunos minutos.

A fines de agosto el área oficial que dirige Marcelo Mendoza decidió recordar a los 30 hombres y mujeres que, el 20 de agosto de 1976, fueron primero ejecutados de un balazo en la cabeza y luego sus cuerpos dinamitados y esparcidos por varios metros a la redonda en un descampado de la localidad de Fátima.

La dictadura militar encabezada por Videla, Massera y Agosti los consideraba subversivos, y por eso los hizo secuestrar para finalmente matarlos en esas circunstancias que ganaron los medios nacionales.

Pero el objetivo de Mendoza iba más allá porque entendió como importante reconocer también a muchos derquinos que, de algún modo, mantuvieron las tumbas en el cementero municipal de esa localidad, ya que los restos de las víctimas habían sido sepultados primero en una fosa común, y luego se colocaron varias cruces con la insignia “NN”.

Más precisamente dijo, luego de descubrir la placa colocada al lado del mármol que recuerda la inauguración de la remodelada plaza por el intendente Humberto Zúccaro: “Este es un homenaje al pueblo derquino por su heroica actitud de custodiar los restos de las treinta víctimas de la masacre de Fátima, hasta que en 1983, con la llegada de la democracia, los cuerpos fueron exhumados y luego se avanzó en el juicio a las fuerzas armadas y se pudo condenar a muchos autores de crímenes de lesa humanidad”.

No obstante la inseguridad reinante en ese principal espacio público dio por tierra con todo, al tiempo que se descartó de pleno una suerte de venganza política. “Hay que ser muy ignorante para arrancar una placa que recuerda a tantas personas ejecutadas sin derecho a un juicio justo y que, además, reconoce a los derquinos, por eso rechazo la teoría de una mano negra de algún sector político”, dijo a este medio un funcionario municipal en la mañana de ayer, al tiempo que ignoraba si la placa sería repuesta, o no, ante la seria posibilidad de que vuelvan a robarla para luego venderla como simple metal.


Los ataques se repiten ante la pasividad general

Una plaza sin control, donde todo vale

Cuando se remodeló casi completamente la plaza Antonio Toro, más precisamente en 2006, se evaluaba dejarla a cuidado de un placero las 24 horas; y más por el sólido proyecto de instalar un cajero automático frente a ella y en jurisdicción de la delegación municipal. Se sabe que hay una persona que cumple esa función, pero sólo por las tardes y jamás de noche. Es que en primera instancia se proyectaba instalar una cabina para su resguardo y dotarlo de un equipo de comunicación inmediata con la Comisaría 2ª de aquella localidad para que alertara en caso de algún ilícito. Pero nada de eso se hizo “Y nadie se arriesga a pasar la noche en invierno a la intemperie y con la posibilidad de que lo asalten y golpeen”, agregó con lógica el mismo funcionario.

Así, algunas patotas comenzaron a romper y a robar los bancos de cemento de la plaza y, en consecuencia, hoy apenas quedan la mitad de todos los inaugurados cinco años atrás. Y sin miras de reponerse. Tal vez lo más absurdo y real ocurrió a fines del año pasado cuando en tempranas horas de la tarde tres malvivientes no dudaron en arrojar un combustible líquido a las palmeras y a un árbol cercano para luego incendiarlos. Los Bomberos Voluntarios llegaron antes que la policía y tardaron más de dos horas en extinguir las llamas que se propagaban hacia otras copas. Los arrebatos y asaltos no son escasos a manos de individuos que se instalan luego de las 22, al acecho de víctimas, aprovechando que ya nadie vigila la plaza. La hélice del monumento que recuerda al comodoro Hugo César Meisner fue completamente torcida ante la imposibilidad de arrancarla. El dedicado al Padre de la Patria muestra leyendas de aerosol o de fibras negras. Y en referencia a las placas vale destacar que también falta la dedicada a Antonio Toro, fundador del pueblo que finalmente se llamaría Presidente Derqui.

 

Belgrano también

El miércoles último un grupo de jóvenes arrancó el busto de Manuel Belgrano del monumento que meses atrás construyó la Asociación Italiana de Pilar. Pese a que hay una cámara a 10 metros, nadie se percató del ataque.

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