Un incendio generó daños graves en un hogar de niños

Se trata de El Milagro, donde concurren chicos en situación de riesgo social. El fuego afectó dos habitaciones y un baño. No hubo que lamentar heridos.

20 de septiembre de 2011 - 00:00

 

Siniestro. El fuego se desató en la planta alta del establecimiento.

 

Un voraz incendio alteró ayer por la mañana la tranquilidad del barrio Villa Buide de Pilar. Porque aproximadamente a las 10.45 se desató un voraz incendio en el Hogar de Niños El Milagro, ubicado al 1205 de la calle Musladini, en la intersección con Pedro Cabral.

Según las fuentes consultadas, el siniestro se habría originado en la planta alta del edifico del establecimiento, donde -según se supo- se encuentran siete habitaciones, dos baños y un pasillo.

De acuerdo a lo manifestado por fuentes policiales, el fuego habría comenzado en uno de los dormitorios y luego se extendió hacia otro contiguo, afectando también un baño, todas dependencias de la planta superior.

Los Bomberos Voluntarios llegaron al lugar con varias dotaciones y trabajaron por más de dos horas. Se desconocen hasta el momento los motivos que originaron el incendio. Cabe destacar que la gran humareda desatada se extendió varias cuadras a la redonda.

 

Solidaridad

Vale resaltar que luego de conocido el siniestro, se desencadenaron múltiples muestras de solidaridad, tanto a través de pedidos de ayuda que se multiplicaron a través de la red social Facebook, como por medio de donaciones que empezaron a llegar de manera espontánea con el fin de reponer los objetos quemados.

El Hogar de Niños del Milagro es una institución católica perteneciente a Cáritas de la parroquia Nuestra Señora de las Gracias. Fue creado en 1984 y actualmente residen allí 20 niños, de entre 2 y 12 años, en situación de riesgo social, todos ellos derivados de los Juzgados de San Isidro y San Martín.

Desde 2009, las hermanas Bautistinas, Edith y Verónica, llegaron al hogar para convertirse en su motor de vida. Con amor, dedicación y mucha voluntad, se ocupan de cada uno de los detalles que implica llevar adelante una casa con tantos chicos. Desde levantarlos a las 6 de la mañana, ayudarlos a vestirse, hacerles el desayuno, llevarlos a la escuela, ocuparse de que vayan al médico, hacer los deberes, y la lista sigue. El resto del equipo de trabajo se completa con tres encargados que tienen turnos rotativos, un sacerdote y un equipo de profesionales compuesto por una trabajadora social y una psicóloga.

Cuando vuelven de la escuela, se busca que los chicos tengan una rutina acorde con su edad y que lleven una vida lo más sana posible: hacen la tarea, participan de una clase de arte, van a natación las chicas y a fútbol los varones.

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