Vecinos quieren homenajear al Hospital Sanguinetti

Cumple 50 años. Se inauguró el 27 de enero de 1962. Buscan que la fecha sea declarada De Interés Municipal. En 1982 se le colocó su nombre actual.

28 de diciembre de 2011 - 00:00

Vecinos de Pilar piden declarar “De Interés Municipal” al próximo 27 de enero, al cumplirse 50 años de la fundación del Hospital Central Juan Cirilo Sanguinetti, un emblema de la salud del distrito.

Precisamente, un 27 de enero, pero de 1962, abrió las puertas el hospital de Pilar, brindando desde ese entonces un servicio a toda la comunidad. Como dice el proyecto, “para satisfacer las demandas de una población en pleno crecimiento, con nuevas características y necesidades. Fue necesario que los médicos, administrativos, directivos y autoridades debieran recurrir a su creatividad para brindar, en el mismo espacio físico, nuevos y más complejos servicios”.

El expediente 609/11 está firmado por vecinos como Zulema Ponce de León, Marisú Vergani, Cristina Demicheli, Teresita Sassella, Alejandro Heredero, Vilma Domenech, Carlos Mateu, Elsa Susparregui y Elena Hallberg, entre otros.

Historia

Hasta la creación de hospital, el centro de Pilar contaba con una pequeña unidad sanitaria que funcionaba junto al Palacio Municipal, sobre la calle Bolívar, a la altura de donde hoy están las oficinas de Rentas.

El nombre de “Juan C. Sanguinetti” fue impuesto por el por entonces intendente Ricardo López Herrero en 1982, homenajeando al que fuera médico y además jefe comunal entre los años 1958 y 1962.

Precisamente, en los últimos meses de la intendencia de Sanguinetti se inauguró el hospital, siempre ubicado en la calle Víctor Vergani, entre Independencia y Fermín Gamboa.

El médico había ganado las elecciones representando a la Unión Cívica Radical Intransigente –escisión de la UCR que llevó a la presidencia de la República a Arturo Frondizi. Además, como inspector general –el tercero en jerarquía según aquel organigrama- estaba un joven Miguel Saric, ocupando el puesto con apenas 22 años.

En 1962, José María Guido impuso un golpe de Estado y sostuvo un gobierno civil de facto. A pesar de que fue invitado a quedarse en su puesto, Sanguinetti renunció a su cargo, en solidaridad con el presidente Frondizi, confinado en la isla Martín García. Veinte años después, se le colocó su nombre a su legado más importante.

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