Murió Meyer Oks, el hombre que marcó un antes y un después en la historia de Pilar

Fue el impulsor del Parque Industrial local, que hoy cuenta con 170 empresas y es uno de los más grandes de Sudamérica. Tenía 98 años y era ingeniero civil especializado en petróleo.

16 de marzo de 2010 - 00:00

Meyer Oks, (der.) saludando al ex intendente Bivort en el acto de ampliación de la empresa Softbond ( año 2000).

 

Pocas personas fueron tan determinantes como él para provocar el quiebre entre aquel pueblo rural que supo ser Pilar y la actual ciudad moderna que se destaca por su grado de desarrollo. Por eso, el legado de Meyer Oks se mantiene vivo y más vigente que nunca, a pesar de que el pasado sábado –a los 98 años- se produjo su desaparición física. Sus restos fueron inhumados ayer por la tarde en el cementerio privado Jardín de Paz, ubicado en el kilómetro 32,5 del ramal Pilar de la Panamericana.

Entre tantas otras cosas, este ingeniero civil especializado en petróleo –que se recibió con medalla de oro en la Universidad de Buenos Aires- fue el ideólogo, el padre, el fundador de uno de los emprendimientos privados más relevantes de la historia local: el Parque Industrial de Pilar (PIP).

La gran obra de este hombre nacido en la localidad bonaerense de Carlos Casares en 1911, y que dejó 8 hijos y 19 nietos, se convirtió con los años en uno de los grandes símbolos del progreso del distrito. Esa creación monumental, de 900 hectáreas y 170 industrias que en 1973 comenzó a marcar el ritmo del crecimiento pilarense, fue producto de la visión de Oks, quien sentado en la plaza 12 de Octubre pergeñó el proyecto que marcaría un antes y un después en la historia reciente de Pilar.

Este visionario se desempeñó por muchos años como presidente de su propia empresa Lago Verde SA, que se encargó de crear la infraestructura originaria del complejo fabril y de llevar adelante el loteo de las tierras.

En noviembre del 2006, a los 94 años, tras la venta del último terreno que le quedaba disponible, el creador del PIP creyó que su creación ya se encontraba lo suficientemente grande como para arreglárselas sin su presencia.

Varios años antes de tomar esa determinación, Meyer ya le había delegado el control del emprendimiento a su hijo Pablo Oks, quien en aquel entonces, durante el anuncio de que Lago Verde se retiraba del Parque, dialogó con El Diario en nombre de su padre que, debido a su avanzada edad, ya no realizaba entrevistas ni apariciones públicas.

“El Parque es un proyecto de muchos años y, como todo proyecto de largo plazo, llegar a concretarlo en un país con economías tan cambiantes y haber permanecido durante más de 30 años con distintos tipos de economía produce esta mezcla de sensaciones de gran alegría y de tristeza por otro lado. Es de alguna forma el mérito de mi padre de haber tenido la perseverancia de creer en Pilar cuando todavía Pilar no existía en el mapa”, expresó Pablo Oks en esa oportunidad.

Además, en aquella entrevista, el hijo de Meyer fundamentó el mote de visionario que se le endilga a su padre: “Él creyó en Pilar cuando nadie apostaba a Pilar. Algunos pensaban que estaba loco cuando dijo que iba a hacer un parque industrial. Todavía en aquel entonces el concepto de Parque Industrial era una palabra, hoy en día hay una ley de parques industriales. Pero cuando él hablaba de parque industrial con el intendente que estaba en ese momento, que creo que era (Nicolás) Ruiz Guiñazú, le dieron una palmada, le dijeron adelante ingeniero pero en ese momento nadie entendía lo que era un parque industrial de verdad. Hoy a mi padre muchos lo denominan visionario, pero cuando pensó en esto muchos lo llamaron loco”.

A su vez, Pablo Oks allá por el 2006 daba otros datos sobre la concepción de su padre que hoy se transforma en uno de sus legados más valiosos. “Él siempre pensó que la industria tenía que crecer de una forma diferente. Tradicionalmente, en la industria, que nació en la zona sur de la Capital Federal, crecía una planta y alrededor de esa planta se generaban núcleos urbanos y se terminaban interfiriendo unos a otros. Él creyó siempre que las industrias tenían que crecer en un lugar donde no hubiera ningún tipo de molestia entre la calidad de vida urbana y la calidad industrial. Nosotros empezamos a hablar de temas de medio ambiente cuando nadie hablaba y eso nos llevó en su momento a perder varias ventas porque mucha gente piensa que un parque industrial es permiso para hacer cualquier cosa y es todo lo contrario”, sostuvo el hijo de Meyer.

 

Orígenes empresarios

Meyer Oks era ingeniero civil especializado en petróleo, y como tal trabajó para YPF. Además, fue representante junto con sus hermanos de la empresa Dalmine de Italia, en el rubro de caños sin costura. En ese negocio –como en el resto de los que desarrolló- cosechó éxitos hasta que decidió dejar la empresa familiar.

Dentro de la porción de patrimonio que le tocó a él tras la división de los bienes, se quedó con unos terrenos sobre el ramal Campana de la Panamericana que después se transformarían en el Parque Industrial Oks, ubicado en General Pacheco, frente a la fábrica Ford.

Luego, con la venta de estas fracciones, en el año 1968 comenzó a comprar las hectáreas que conforman el actual Parque Industrial de Pilar. La Peregrina, de 400 hectáreas, propiedad del Baron von Bernar (dueño de Calera Avellaneda), fue el predio de mayor extensión y el más difícil de comprar porque a su propietario no le interesaba vender.

Luego, compró las otras fracciones más chicas, como la de Busso, que lindaba con el Arroyo Larena; la de Negrete, lindera con el country CUBA; y otras fracciones por gestiones realizadas por las familias de Pilar Endara y Galvagno. La suma de todas estas fracciones constituyó un predio total cercano a las 1.000 hectáreas.

En la actualidad, El Parque Industrial de Pilar creado por Meyer Oks tiene una extensión de 920 hectáreas y cuenta con 172 empresas radicadas. En los distintos establecimientos productivos que lo integran trabajan alrededor de 14 mil personas y se estima que un número similar presta diariamente servicios en el complejo de manera indirecta.

Por la cantidad de fábricas instaladas dentro de un mismo predio privado, el PIP es uno de los parques industriales privados más grandes de la Argentina y uno de los más importantes de Sudamérica. Por iniciativa del Concejo Deliberante local, hace unos años la principal arteria del complejo fabril (la calle 9) fue bautizada con el nombre de Meyer Oks. Todo un símbolo.

 

 

En el recuerdo

“Fue un faro que dio toda la luz que tenía para dar”

Santiago Bonfanti es arquitecto, tiene 70 años, y entre 1972 y 1984 participó junto a Meyer Oks del proceso de gestación del Parque Industrial de Pilar. Ayer por la tarde, participó de su último adiós en el cementerio privado Jardín de Paz.

“Fue un faro que dio toda la luz que tenía para dar. Fue un hombre sencillo, austero, muy cuidadoso con su salud, un intelectual, sumamente inteligente y con el sentido del humor que caracteriza a las personas de su inteligencia. Era una persona muy moral, alguien del que uno aprendía permanentemente; fue una de esas personas fuera de serie. Es una personalidad importantísima para la historia de Pilar”, expresó Bonfanti sobre Oks.

Por su parte, el prohombre pilarense Regino Osés recordó tiempo atrás durante una entrevista concedida a El Diario una anécdota sobre el momento en el que conoció al fundador del Parque, durante una “reunión cumbre” entre él, el intendente Nicolás Ruiz Guiñazú y Meyer Oks. “Oks llegó a las 5 de la tarde, lo recibimos los dos –relata-. Me contó que tenía dos fábricas en Buenos Aires y que estaba completamente mareado. Quiso salir todas las tardes para despejarse, y cuando llegó a Pilar le dijo a su señora que en el lugar montaría un parque industrial. Yo le recomendé comprar una estancia de 200 hectáreas en Empalme (hoy Fátima), y con el tiempo el terreno se fue extendiendo. Me acuerdo que, cuando dijo que invertiría 40 millones de dólares, casi me desmayo”, contó Osés.

 

Imagen del Parque de Pilar en el año 1982, cuando comenzaba a consolidarse como polo industrial.

 

Confesiones de un visionario 

por Meyer Oks * 

La construcción del Parque Industrial de Pilar fue factible por una serie de circunstancias favorables. Mi experiencia en YPF, en la Patagonia, como explorador geofísico de petróleo me permitió ver la actividad empresaria con amplitud.

En aquel trabajo, se me asignaba una gran superficie de terreno –100 kilómetros por 100 kilómetros- y, allí, yo debía acotar cuál era el área en la que se podía encontrar petróleo. Esto me enseñó a manejarme con grandes extensiones y proyectos.

Al venir a la Capital e ingresar en la actividad empresaria, advertí que debía producirse un proceso de racionalización en la ubicación de las industrias, tal como había sucedido en Estados Unidos durante la presidencia de Roosevelt, quien diseñó una red de autopistas e instaló parques industriales en los puntos de cruce.

Hace 40 años, Pilar era para mí una plaza de pueblo donde distenderme del stress que me provocaba mi actividad comercial. Pero también era el lugar donde comenzaba a construirse una ruta que acortaba el trayecto desde la Capital de una hora y media a 40 minutos.

Allí, con la compra sucesiva de cinco fracciones de campo, se fue estructurando el Parque Industrial Pilar de mil hectáreas, que se desarrolló en base al conocimiento que había adquirido en la construcción de un parque de menor escala ubicado en la ruta 9, frente al cual se instaló la planta de Ford Motors.

La gran superficie del Parque Industrial Pilar permitió lograr una economía de escala y, de ese modo, se pudieron instalar grandes industrias en amplias extensiones de tierra, con una infraestructura completa y a costos accesibles. Esto cubrió la necesidad de desplazar las industrias del conurbano a zonas menos densamente pobladas.

Pero el verdadero éxito del Parque se debe al aporte de las plantas construidas por todas las empresas, que, mediante inversiones de gran envergadura, han contribuido a la concreción de este preciado proyecto.

Quiero aprovechar para agradecer a todos ustedes por la confianza depositada a lo largo de más de 30 años.

 

*Esta carta, publicada de manera exclusiva por El Diario el 9 de noviembre del 2006, fue escrita por el fundador del Parque Industrial de Pilar con motivo de la venta del último lote que su empresa, Lago Verde SA, tenía disponible en el complejo. Por aquel entonces, Meyer Oks ya no concedía entrevistas ni realizaba apariciones públicas.

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