La cruz del cementerio, un misterio que se resiste a ser develado

Existen distintas versiones sobre su desaparición. Varían los años en la que se la derribó y también cuáles fueron los motivos. Sólo se conserva el Cristo que estaba en la estructura.

14 de marzo de 2010 - 00:00

El Cristo de la vieja entrada al cementerio (por L. López) es el que tenía la cruz desaparecida.  

 

 

por Alejandro Lafourcade [email protected]

 

Muchos vecinos la recuerdan pero pocos son los que realmente pueden entregar datos fehacientes sobre su permanencia y desaparición: la antigua cruz del cementerio, legado del arquitecto y constructor Francisco Salamone, cuya obra es hoy objeto de estudio y admiración, permaneció durante años como centinela del camposanto local, pero fue derrumbada por motivos que todavía hoy son un misterio.

Daniel Alberto Beto Ponce de León lleva toda una vida dedicándose a las pompas fúnebres, negocio que inauguró su padre en 1943, cuando en el pueblo había un servicio cada dos meses. Consultado por El Diario, aportó su visión sobre lo ocurrido con la cruz: “Era una cruz muy grande, hecha de material. Yo creo que lo que ocurrió es que era hueca, y en su interior tenía el tanque de agua del cementerio. Con los años, el peso fue haciendo que se rompa la mampostería y se venzan los cimientos, hoy en día se nota que han hecho reparaciones en ese sector. Supongo que corría el riesgo de caerse”.

Beto Ponce (como lo conocen a secas en la ciudad) fue intendente desde 1973, cuando ganó con el sello de Nueva Fuerza -ya que no llegaron a inscribir a la Unión Vecinal-, hasta 1981. Asumió luego de Luis Murad y su sucesor en el cargo fue Ricardo López Herrero. Sin embargo, la demolición ocurrió años antes: “En la época de Nicolás Ruiz Guiñazú o Andrés Yayo López, se tomó la decisión de demolerla y darle al cementerio el estilo colonial que aún conserva, se recuperó el Cristo y se lo instaló adonde está hoy”. Es decir, que según su visión la cruz habría dejado de existir a mediados de la década de 1960 o bien a principios de la del ’70.

La obra de Salamone (ver aparte) se destacó por su monumentalidad, y al parecer la cruz no fue la excepción. Ponce de León afirma que la estructura “era grande. Yo era un chico, y quizás por eso la veía más grande todavía. Sobresalía por los costados unos 20 centímetros del Cristo y tenía una inscripción INRI, que debe haber estado esculpida sobre el cemento, porque no se conservó”. Y agrega: “Cuando llegué a la intendencia, lamenté que se la haya demolido, porque se podría haber buscado otra solución”.

 

Otra versión

Alberto Pezoa vive frente al cementerio local desde hace casi 60 años, cuando se mudó con su familia siendo apenas un niño. A su vez, trabaja en el predio desde 1987, por lo que conoce varios aspectos de la historia del lugar. Al ser consultado por El Diario, el hombre entregó una versión distinta a la de Beto Ponce de León. Para Pezoa, “la cruz fue demolida en el año 1955 o 1956, pero no conozco los motivos”. Por esos años, los intendentes de Pilar fueron Roberto Basaldúa, Floriano López y Rafael Cigliutti.

A su vez, en medio de su sucesión de anécdotas recuerda aquella vez “que pasó una avioneta, fumigando ante una ola de langostas, y casi se la choca de frente, la tuvo que esquivar”. Es que, según él, la cruz del cementerio “tenía entre 15 y 20 metros de alto, era muy grande”.

No obstante, no comparte la visión de Ponce al indicar que la estructura “no era hueca. No recuerdo por qué la tiraron, ya que para ese momento los tanques de agua ya no estaban ahí”. Cómo es que se tomó la decisión de eliminar la cruz y conservar el Cristo, es un misterio que todavía no pudo ser develado.

Mientras tanto, Pezoa asegura haber tenido dos fotografías que registraban el momento en que la cruz era demolida, pero el paso del tiempo fue ocultando esas imágenes, que hoy son un verdadero tesoro del que no se sabe su paradero. “Ya las voy a encontrar”, avisa, con el deseo de que ese documento histórico salga a la luz.

 

 

“Rescatado” del olvido
Desde hace aproximadamente un año, la figura del arquitecto ítalo-argentino Francisco Salamone ha sido “rescatada” y reivindicada por parte de los expertos y estudiosos de la arquitectura.

Con influencia del estilo art decó, sus obras tuvieron como denominador común la monumentalidad, con estructuras de un tamaño inédito, erigidas en medio de ciudades bonaerenses que distaban mucho de las actuales.

Con el apoyo decisivo del gobernador Manuel Fresco, Salamone construyó cementerios, palacios municipales y mataderos en ciudades como Azul, Coronel Pringles, Balcarce, Guaminí y Chascomús, además de la mencionada obra en Pilar.

 

 

 

Para Daniel Alberto Beto Ponce de León fue demolida a fines de los 60 o principios de los 70. 

 

 

Pezoa asegura que la cruz desapareció entre 1955/56.

 

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