Por Graciela Labale
Por Graciela Labale
Lo que sigue es el mensaje de Whatsapp que Bárbara, de 26 años, le enviara a su papá, un querido amigo, al llegar a su casa. Un testimonio angustioso de una joven pilarense que ahora vive en la Ciudad de Buenos Aires para poder continuar sus estudios terciarios. Palabras estas que puede escribir cualquier mujer o disidencia que transite la calle por la noche, en Pilar o en cualquier ciudad de cualquier provincia.
Los ataques de género suceden a ambos lados de la Avenida General Paz, llegando a todos los confines de la patria. Por supuesto que me lo reenvía a sabiendas que en este espacio siempre hubo y habrá lugar para estas cuestiones que lamentablemente son tan recurrentes. ¿Por qué? Porque al menos 110 femicidios y tres trans-travesticidios fueron cometidos durante el primer cuatrimestre del 2022 en nuestro país, Y día a día seguimos subiendo búsquedas de personas que desaparecen, que se las traga la tierra y en muchísimos casos se sabe son víctimas de la trata. Marita Verón, María Cash y Tehuel De la Torre, por poner algunos nombres a esta tragedia.
“Y hoy volví a tener miedo de caminar sola, volví a sentir esa necesidad de hacer 2 pasos y girar la cabeza para ver si alguien venía detrás mío. Salí a las 22 de cursar, en Villa Urquiza, me tomé el colectivo que más cerca me deja de casa. A las 22.40 estaba bajando en Devoto, agarré el teléfono para ver la hora y se había apagado, estaba sin batería. Empecé a caminar, la calle estaba con poca luz y no puede evitarlo, pensé... ¿y si no llego a la hora que dije que iba a llegar? ¿Cuánto tiempo tardarán en preocuparse? ¿Cuánto tiempo esperará mi compañero para avisarle a mi familia que todavía no llegué? ¿Se acordará cómo me fui vestida esta mañana para describirme en los afiches con los que van a empapelar la calle? ¿Me hago un rodete para que sea más difícil agarrarme del pelo? ¿Me escucharán en alguna casa si grito? Todo eso pensé en 6 cuadras interminables... y cuando abrí la puerta de casa, estabas esperándome, me miraste preocupado, haciendo señas de “te llamé”. Imaginate, si vos estabas preocupado, ahora te cuento lo que sentí yo, en esas 6 cuadras, eternas, perpetuas, como el miedo que a veces se tiene solamente por ser mujer.”
Acá estamos Bárbara, visibilizar es la tarea, y vos fijate, recorré el barrio de día, mirá qué comercios hay y empezá a saludar al vecindario de esas 6 cuadras para que te conozcan. Y no dudes en acercarte a ellos si te sentís en peligro, tocá timbre en una casa o tomate del brazo y conversá con la primera persona que pase a tu lado.
Nosotras todas juntas, en un coro interminable, seguiremos gritando “Vivas, libres y sin miedo nos queremos” hasta que esto se convierta en realidad.