¿Hace ruido un árbol al caer si nadie está ahí para escucharlo?

La basura mental ¿dónde se recicla?
¿Seremos la única especie que se zambulle en discusiones en espiral que no terminan en nada? Porque no me imagino a las hormigas quedándose durante horas en un cruce de caminito, lacerándose así mismas, insistiendo en la terquedad de no querer ceder, prendiendo fuego todo por un rato con los ojos.

A lo sumo paran unos microsegundos, chocan antenitas y siguen.

En cambio, nosotros no. Amontonamos ratos de discutir boludeces, largos ratos, no momentos de vida sino ratos fantasmales.

Vieron que hay una diferencia importante entre ratos y momentos.

Ahora, me pregunto, cuando se juntan muchos ratos de esos inservibles que no sirven para nada y hasta vos te das cuenta que para qué, ¿en qué cajas o bolsas los metemos para tirar a dónde?

- Imposible sino son nada. 

- Pero te fruncen el ceño para siempre.

- Está bien pero no tienen una consistencia palpable ni un peso medible, ni siquiera se pueden sentir con la yema de los dedos para apreciar si su textura es rugosa o lisa, tampoco masticarlos para saber si tienen gusto a zanahorias o a brea… ¿A dónde los querés tirar? Si ni siquiera son aire, no tienen oxígeno ni dióxido de carbono.

- Bueno, viste que la humanidad se desentiende de la basura, con suerte la mete en una bolsa, la saca a la puerta y paga los impuestos. Ojo que también están quienes bajan el vidrio del auto y vacían el cenicero con total impunidad.

- Sí claro, pero la basura mental ¿dónde se recicla?

Esta absurda charla en un bosque entre dos árboles que nadie recordará cuando los hagan mueble, nunca existió.

Pero las Trabajadoras Sociales sí existen. Y le ponen el pecho a las balas.

Y los médicos también existen.

Y ni te cuento sus parejas e hijas e hijos. 

Son todos reales y existen y hay que valorar sus vidas.

-¿Qué es valorar sus vidas? Pregunta el árbol a la humanidad.