Fue un espectáculo con una figura de renombre internacional y muchas anécdotas que quedaron en la memoria y el corazón de los privilegiados que estuvieron allí: en el pico de su popularidad, Julio Iglesias llegó a Pilar para brindar un show en el Club Sportivo.
De acuerdo a lo que pudo reconstruir El Diario, fue en la noche del 9 de septiembre de 1979 cuando la estrella española apareció en la Avenida Márquez para interpretar todos sus éxitos, ante un público sorprendido por tener en su pueblo a una figura de esa talla.
Se calcula que unas 2 mil personas colmaron las instalaciones. En ese entonces, se trató del último recital que el cantautor hizo ese año en el país. Un hueco en su agenda antes de emprender el regreso a España logró una patriada a priori imposible: traerlo a Pilar, luego de una negociación en el boliche porteño Michelángelo.
Una testigo privilegiada fue Liliana Forte, emblemática locutora y conductora pilarense, a la que se le encargó la apertura y cierre del evento. “Me contrató Lucio Senópoli –un histórico de Sportivo-. Yo ya estaba en Difusora América, era la voz de esa radio y conducía bastantes shows”.
Casi no hubo tiempo para prepararse: como Lili recordó a El Diario, “me dijeron tres o cuatro días antes, no mucho más, porque a Iglesias justo se le hizo un bache en la agenda y se presentó la oportunidad de traerlo. Fue de un día para otro, por eso no tuvo mucha difusión en la previa”.
De hecho, por esa negociación relámpago, incluso varios vecinos se perdieron de ir al show, escépticos ante la chance de que Julio Iglesias llegara a Pilar.
Recital
Cuando llegó el gran día, Sportivo lucía impecable y abarrotado. Lili asumió la responsabilidad de abrir el evento en nombre de la institución. “Me permitieron entrar al camarín cuando llegó y le dijeron que yo lo iba a presentar en nombre de Sportivo. También pude ver el ensayo, antes de abrir las puertas. Me saludó muy formal y amable”.
Por su parte, Sergio Senópoli recuerda que “chicas como mi hermana Lía, Miriam Ipucha y Verónica Santogiani acomodaron las sillas en la previa”. El fotógrafo fue el recordado Antonio “Pajarito” Acosta.
Luego, al fin, el gran momento… Pero con un accidente imprevisto, ya que casi de inmediato Iglesias sufrió una caída, al tropezar con el pliegue de la alfombra que cubría parte del escenario. Repuesto de la situación, de la que salió con humor y mucho oficio, todo marchó de maravillas.
Memorias
Días atrás, quien rememoró el evento fue Humberto “Mono” Asturiano en el perfil de Facebook Pilar en el Recuerdo, compartiendo fotos de esa noche inolvidable.
De inmediato, gran cantidad de comentarios brindaron todo tipo de anécdotas. Así, Norma Domenech aportó que “yo estaba en la segunda fila, casi al medio, tendría 14 o 15 años. Cuando se tropezó, a la mujer que estaba en la primera fila, delante de mí, le dio de probar de su vaso para que supieran que era agua la que tomaba y no piensen que estaba con alcohol”.
“Se enganchó con el saliente de las tablas o con la alfombra y allá fue a parar. Después, como chiste cantaba ‘el porrazo que me di’”, añadió Ricardo Bisso. José Luis Castro señaló que “a mi papá le tocó atender las mesas y mi mamá se le colgó de la corbata a Julio Iglesias!”.
El español terminó la noche cenando en Fettucine Mario, ubicado en ese entonces en Alsina y ruta 8. Liliana Forte expresó a El Diario que “fue un show apoteótico. Al terminar, la gente pedía bises. Yo lo pedí en off (sin subirme al escenario) y volvió diciendo ‘lo hago por ti, flaca, y por toda esta hermosa gente de Pilar’. Yo luego cerré agradeciendo en nombre del club”.
Y confesó algo más: “Cuando se fue, lo saludé agradeciéndole y se acercó, me abrazó, me dio un beso en una mejilla y me dijo ‘un beso pa´ti, flaca’. Creo que por cinco días no me lavé la cara…”.
El dato
Apenas comenzado el recital, Iglesias sufrió una caída del escenario, que remontó con mucho humor y oficio.